Faltaría más. El consejero catalán de Empresa y Empleo, Felip Puig, ha dicho en el pleno del Parlamento catalán que ve con malos ojos las prospecciones marítimas en la costa catalana, porque, ojo, "no es la estrategia energética que necesita el país".
Paralelamente, reconoce a renglón seguido que como la Generalitat no tiene competencias en esa materia, no puede hacer nada, salvo unirse a los que protestan (es decir, a los ecologistas) contra esas prácticas.
Y claro, el ecosocialista de ICV-EUiA Marc Vidal le ha reprochado no se esconda con esas razones para escude en que no tiene competencias para inhibirse y que proteste como han hecho los gobiernos de Canarias y Baleares. Puig ha caído en su propia trampa por venderse como ecologista.
Andrés Velázquez
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