Sr. Director:

Los alimentos ecológicos disminuyen la exposición a productos fitosanitarios y fertilizantes pero no tienen un valor nutritivo mayor que los producidos con técnicas convencionales, según un artículo que publicaba la revista Annals of Internal Medicine.

Uno de los problemas que tiene la determinación del valor nutritivo y los aspectos sanitarios es la definición misma de "alimento orgánico", pero en general se entiende que son aquellos producidos sin el uso de fertilizantes y fitosanitarios químicos, o en el caso de productos animales, sin el empleo de hormonas y antibióticos, y alimentados con productos de origen vegetal producidos con métodos ecológicos.

Las regulaciones sobre "alimentos orgánicos" requieren, además, que los productos se procesen sin irradiación o aditivos químicos y no se obtengan de organismos modificados genéticamente.

En general los consumidores pagan casi el doble por los alimentos ecológicos en comparación con los precios que tienen en los mercados las verduras, frutas, carnes, huevos y productos lácteos producidos de forma convencional en EE.UU.

Un estudio hecho en 2010 por el Instituto Nielsen encontró que el 76 por ciento de los compradores de alimentos ecológicos los adquiría creyendo que son más saludables, el 53 por ciento porque evitan los fitosanitarios y fertilizantes, el 51 por ciento porque creen que son más nutritivos, y el 40 por ciento porque opina que la agricultura ecológica beneficia al medioambiente.

"Hay quienes creen que la comida orgánica (ecológica) es siempre más saludable y más nutritiva", señaló Smith. "A mis colegas y a mí nos sorprendió encontrar que eso no es así". Los científicos concluyeron que no hay diferencias significativas en el contenido vitamínico de las frutas y verduras orgánicas y las convencionales.

Se encontraron residuos detectables de productos fitosanitarios en el 7 por ciento de los productos orgánicos y en el 38 por ciento de los productos convencionales. Pero sólo tres de los estudios hallaron residuos que excedían los límites impuestos por la Unión Europea para los productos tanto orgánicos como convencionales.

Finalmente, los investigadores determinaron que los riesgos de contaminación bacterial eran prácticamente similares para los alimentos ecológicos y para los producidos por métodos convencionales.

Domingo Martínez Madrid