Los portugueses juegan sucio: preparan una Junta clandestina o la suspensión de la misma si Alierta no eleva la oferta

 

Ojo, porque Telefónica puede paralizar el reparto de dividendo de VIVO, lo que ahogaría a PT. Para mantenerse en el cargo, Zeinal Bava quiere hacerse con la brasileña OI, que ha pedido auxilio a LulaEs la guerra y vale todo. O al menos así lo piensa el CEO de Portugal Telecom (PT), Zeinal Bava, quien prepara una Junta clandestina para el próximo 30 de junio. No se permitirán periodistas en la sala (accionistas, por el momento, sí) pero lo más divertido es que no podrá votar el primer accionista (10% de derechos) que no es otro que Telefónica. Lo de clandestina viene por que ni tan siquiera los periodistas acreditados podrán acudir a la misma. Serán informados por los portavoces de PT en sala ajunta. Esto promete.

Ojo, porque Telefónica se prepara para impugnar la situación. No sólo eso, otra arma con la que cuenta la operadora española es que Brasilcel, tenedora de la mayoría del control de VIVO, es pieza fundamental en PT. Vamos, que si no es por dividendo que obtiene en Brasil, PT no podría subsistir. Pues buen, Brasilcel, con sede en Holanda, controlada a medias por Telefónica y PT, precisa del voto positivo de ambos para repatriar dividendo.

Es la amenaza que la compañía portuguesa ha lanzado a la española. En otras palabras, lo que pretende Bava es que César Alierta vuelva subir su oferta y, además, utilizar esa nueva subida para aplazar la Junta.

En paralelo, Bava sabe que al final es muy difícil desviar la atención de una oferta como la de Telefónica, especialmente para los fondos de inversión que controlan más del 50% de PT y a los que el Gobierno luso no puede presionar, prepara el plan B, que le permitiría permanecer al frente de la PT: utilizar el dinero de Telefónica para comprar OI, el operador integrado brasileño en proceso de fusión (entre Brasil Telecom y Telemar). El plan de Bava consiste en hacerse con el 40% de OI (que podría terminar llamándose Brasil OI) dejando el 60% en manos de brasileños. Plan que tampoco ha gustado nada a los brasileños, que han pedido ayuda al Gobierno Lula.

Esto promete.

Miriam Prat

miriam@hispanidad.com