Sr. Director:

Cualquiera que haya observado al principal partido de la izquierda durante décadas pasadas, pudo encontrar entre sus dirigentes y responsables una abundancia de personas capaces de realizar con éxito su tarea.

 

No hace falta mencionar nombres que están en la mente de todos, y que hicieron una gran labor, si no por el pueblo, si al menos por su partido. Independientemente de los errores y corrupciones que tuvieron, dejaron constancia de su identidad y cierto grado de transparencia en su trabajo.

Pero desde que el señor Zapatero tomó el poder, no pudimos ver ni en su equipo de gobierno ni entre los dirigentes del partido, persona capacitada para otra cosa que no fuera la demagogia y la mentira. La degradación provocada por el sectarismo y la radicalidad de sus decisiones, llegaron a límites insospechados. Los valores y virtudes de las nuevas generaciones, han sido víctimas del acoso constante de los ideólogos del partido y del mismo Zapatero.

Pero una vez que el pueblo español ha detectado semejante inutilidad y le han humillado en las urnas, parece que todo el entramado socialista se ha quedado boquiabierto y sin reacción, y lo único que parece que tienen para ofrecernos es lo mismo que nadie queremos: Más caso Faisán, portavoz del Gal, del 13-M, etc., y un mayor catalanismo y antiespañolismo, radicalismo, la significativa frase "todos somos Rubianes" (el famoso autor de aquella ofensiva locución contra España), etc.

Si esto es lo mejor que tiene el PSOE, ya pueden utilizar el Congreso de Febrero para disolverse.

Pablo Delgado Escolar