Podría ponerse alguna pega al presente montaje de Internet las alabanzas sobre los conservadores pero la definición del progresista es brillante y rigurosa a fuer de certera (que es mucho más relevante).

Los montajes anónimos de la Red se han convertido en ideas con una enorme fuerza proselitista. Pueden resultar fructíferos o dañinos, pero nunca inanes. En efecto, la progresía se presenta a sí misma como una liberadora de normas, cuando lo cierto es que es todo lo contrario: el progre es un burócrata que exige que la ley respalde todas sus opciones morales -o inmorales- y las generalice, para hacerlas de obligado cumplimiento para todos los demás y, de paso, para poder echarle la culpa a los demás de los propios fracasos (por cierto, en esto el progresismo presenta similitudes importantes como el feminismo. En efecto, una mujer siempre justifica sus fallos profesionales en el machismo imperante). El montaje no tiene desperdicio. Pasen y diviértanse...

Eulogio López

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