El Supremo se ha pronunciado en el mismo sentido que el TSJA que suspendía cautelarmente las órdenes emanadas de la Consejería de Educación por las que condicionaba el mantenimiento de los conciertos a la escolarización de alumnos de ambos sexos en los centros de enseñanza diferenciada.
Así pues, desde los tribunales intuyen las ventajas de la enseñanza separada por sexos, aunque no se pronuncian sobre la raíz de la cuestión, es decir la conveniencia o no de la enseñanza por separado. Medida de prudencia, pues se trata de evitar un grave daño a algunos ciudadanos al tratar de alterar el orden mantenido durante décadas para algunos centros; y también porque es evidente que los componentes de ambos tribunales no son expertos ni competentes en Pedagogía y cuestiones didácticas, o psicología de la adolescencia.
Se hace necesario contar con la experiencia de los profesionales, y analizar los hechos demostrables -de la reducción del fracaso escolar, entre otros-, que está de parte de la enseñanza diferenciada que separa en los centros a las chicas y a los chicos. El problema, pues, no es técnico sino ideológico, mal que parece endémico en nuestra sociedad y que la contamina y salpica la enseñanza.
Muchos padres son conscientes de las ventajas de la educación de sus hijos e hijas por separado, pero sólo los ricos pueden pagarse el derecho a la elección del centro con el mismo criterio. La estentórea afirmación el que quiera una enseñanza privada, que se la pague es de una injusticia palmaria.
Son imprescindibles y urgentes gobernantes y políticos capaces de elaborar leyes que reconozcan como racional y ajustado a la Constitución el derecho a la libertad de enseñanza en este sentido, de la libertad de los padres a elegir el centro educativo; y a estos centros la libertad de elegir entre la enseñanza diferenciada o mixta. Como ha sido siempre, y no tener que sufrir discriminación en cuanto a las subvenciones de los centros concertados -que tampoco son muchos ahora-, donde es patente la necesidad, porque se encuentran ubicados en barriadas marginadas o deprimidas, foco de infección para todo tipo de conflictos sociales y acciones delictivas.
Ganamos todos, hasta los partidarios de la enseñanza mixta, sin imposiciones.
José Navas Luque
