• No hay dinero para pymes y para hipotecados, pero sí para Juan Luis Cebrián y Liberty.
  • Abril Martorell (en la imagen) intenta pactar con los acreedores: si le ayudan a echar a Cebrián modificará la línea editorial.
  • A favor de los grandes bancos, se entiende. Algo innecesario porque Janli siempre ha mimado a la gran banca, como si fueran del PSOE.
  • La deuda bancaria de PRISA supera los 3.600 millones de euros, cuando su capitalización es de 205 millones de euros, un caso verdaderamente único.
  • El último regalo de la banca: la financiación de la venta del grupo Dédalo.

La historia financiera de PRISA, un grupo ahogado por una deuda proporcionalmente mayor que la de Nueva Rumasa o la de cualquier banco español, empieza a deteriorarse en 2006. A partir de entonces, PRISA vive del favor bancario, favor que continúa con la crisis financiera que en España comienza con virulencia en 2009... pero el trato de favor no remite, sino que aumenta. La banca tiene verdadero miedo a PRISA y a su consejero delegado, Juan Luis Cebrián.

Veamos: en mayo de 2006 se firma una financiación sindicada a favor de PRISA por un importe total de 1.600 millones de euros destinada a refinanciar la deuda existente, financiar adquisiciones permitidas y atender necesidades corporativas. Posteriormente, en junio 2007, y ante la posibilidad de amortizar una deuda que empezaba a ser muy preocupante, los bancos acreedores (Santander, BBVA, Banesto, Caixa, Caja Madrid, HSBC, Popular y Sabadell, principalmente) renuevan e incrementan los créditos, entre otras cosas porque la megalomanía de la familia Polanco y de Juan Luis Cebrián estaba entonces muy alta. El importe total de esta refinanciación se eleva a 2.050 millones de euros.

Pero el asunto no queda ahí. En diciembre de 2007, los mismos bancos, con escasas variaciones en el sindicado, financian con 4.230 millones de euros a PRISA, por un plazo de 6 meses y con el objetivo de financiar la absurda OPA sobre el 100 por 100 de Sogecable; absurda porque ya controlaban la sociedad. Una vez conocido el resultado de la OPA, el crédito puente se situó en 1.949 millones de euros. En agosto de 2008 se amortizaron 113 MM y a partir de entonces se han ido firmando novaciones y refinanciaciones en paralelo con el sindicado y el resto de la deuda, hasta llegar a los límites vigentes.

Ya en el año 2010, cuando la deuda empezaba a comerse a PRISA, y a pesar de haberles colocado el 22% de Sogecable a Telefónica, se firmó la reestructuración de la deuda total del Grupo buscando dar estabilidad de cara a los próximos años, así como dar el suficiente confort a los nuevos inversores (Liberty) que habían condicionado su entrada a la aprobación de la reestructuración. PRISA llevó a cabo una serie de operaciones corporativas que le permitieron obtener fondos que en su mayor parte se destinarían a la reducción de su deuda y que supuso extender el Crédito puente, el sindicado de PRISA y los bilaterales hasta el año 2013. Le aseguro que a cualquier empresa la mitad de apalancada que PRISA no se le hubiera otorgado ni la mitad de esa generosidad.

La distribución actual del sindicado de PRISA es como sigue: en septiembre de 2011 PRISA comentó cuál es su situación actual y la necesidad de realizar un nuevo planteamiento para dar viabilidad al Grupo. En octubre 2011 PRISA lanzó a todas las entidades del sindicado y del Crédito Puente el ya conocido planteamiento de refinanciación que se firmo en diciembre de 2011, un regalo en materia de carencia de intereses.

Por tanto, el cuadro de origen y aplicación de fondos es el siguiente. Extensión del plazo: desde mayo de 2013 a marzo de 2014, siempre y cuando se haya cerrado la operación de conversión de warrants de 150 millones de euros. En su caso el Crédito Puente se extenderá hasta marzo de 2015. Dado que la conversión de warrants ya está comprometida (con los principales accionistas del Grupo), el vencimiento se ampliará hasta marzo en el momento en que se autorice la refinanciación. Desde marzo de 2014 a diciembre 2014, siempre y cuando se haya completado la emisión de bonos prevista o bien se haya cerrado la venta de su participación en Tele 5. El Crédito Puente se extenderá hasta diciembre de 2015.

Resumiendo: estos son los compromisos de amortización de deuda:

2011 Warrants (150 MM): 100 MM se destinarán a repago del sindicado, y los restantes 50 MM permanecerán en el balance de PRISA.

2012 Emisión Bonos (500 MM): 50 MM se mantendrían en balance y el resto se destinarían a repago a prorrata entre el sindicado y el Crédito Puente.

2012 Venta Participación Tele 5: 250 MM se destinarían al repago de deuda a prorrata de sindicado y Crédito Puente. El resto de los fondos hasta 500 MM se aplicarían al balance; y el exceso sobre 500 MM se aplicaría a repago a prorrata del sindicado y Crédito Puente.

2014 Warrants: El importe íntegro previsto de 280 MM se aplicaría al repago de deuda a prorrata de sindicado y Crédito Puente.

Otra ayudita. PRISA se dispone a deshacerse del grupo Dédalo, las plantas de impresión: con ayuda bancaria y quedándose con la deuda. No importa: la banca paga. Dédalo es un subgrupo dentro de PRISA que engloba las áreas de impresión y distribución (ambas deficitarias). Este subgrupo tiene su propia financiación sindicada con un importe actualmente en vigor por unos 105 millones de euros, con Santander, Banesto, Sabadell, HSBC, La Caixa, Bankia y BBVA. Para que se hagan una idea, las sociedades que venden aportan un ebitda negativo de 12 millones y en la venta se ha acordado que PRISA paga al comprador 6 millones y asume la deuda de las sociedades que venden.

Es, en pocas palabras, la financiación más generosa y más vergonzosa, en la historia de la banca española. PRISA sobrevive gracias al favor bancario, de esos bancos a los que critica con aspereza por recibir ayudas públicas (en eso hace bien), pero que si no las recibieran no podrían sostener artificialmente a PRISA. Al final, ya hay una entidad, el Santander, que ha aceptado entrar en el accionariado de PRISA -lo nunca visto- como forma de aplicar la deuda. Recordemos que estamos ante un grupo con un pasivo superior a los 5.500 millones de euros, una deuda bancaria que supera los 3.600 (a 31 de marzo) cuyo valor en bolsa apenas supera los 200 millones de euros.

Y mientras, la batalla interna del Grupo. Juan Luis Cebrián sigue siendo el Ceo, aunque ahora prefiere presentarse como presidente de El País SA. Fernando Abril Martorell ostenta el cargo de director general, y está intentando echar a Cebrián a su casa. De hecho, el que fuera Ceo de Telefónica intenta convencer a los bancos de que si fuerzan la salida de Cebrián y se queda él como primer ejecutivo, la línea editorial de El País y la SER cambiará. No dejaría de ser ultra-progresía, claro está, pero sí será más comprensiva con las grandes corporaciones, es decir con los bancos.

Y es que no hay lucha más acerada que el reparto de la miseria.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com