• Mantiene el 13,65% y en junio vence la emisión de bonos convertibles que firmaron Santander y Caixabank y éstos no quieren ser accionistas.
  • En la venta de 15 millones de acciones del grupo audiovisual ha 'perdido' 4 millones. Cerró la operación a 8,08 euros por título y ayer jueves valían 8,4.
  • Cebrián ha obedecido parcialmente a los bancos con Mediaset, pero le siguen presionado para que venda activos.
  • PRISA se niega a 'ceder' Santillana -es rentable y paga nóminas-; solo le quedan el resto de Mediaset y Sogecable.

Prisa tiene un problema muy gordo porque está en quiebra técnica, tiene una deuda galopante y necesita deshacerse de activos como sea. Este viernes ha conseguido vender un 3,69% de Mediaset, por 121,2 millones de euros, en un proceso de colocación acelerada, como cabía esperar, entre inversores cualificados (se ha encargado Credit Suisse). Tan acelerado que ha vendido los 15 millones de acciones a 8,08 euros por título, 32 céntimos por debajo del cierre del jueves (8,4), o sea, con un descuento del 3,8%. La 'broma' le ha supuesto a PRISA una pérdida "con el valor en libros de 4.080.000 euros", como explica la CNMV en el hecho relevante.

Pero el problema sigue. Ha conseguido colocar un 3,69%, pero le seguirá pesando el grueso de la participación que tenía en el grupo audiovisual, nada más y nada menos que el 13,65%. Una de las posibilidades para darle salida a ese paquete sería que lo comprara Berlusconi, pero éste no muestra ningún interés.

En cualquier caso, ¿dónde está el meollo de la cuestión Muy sencillo: los bancos le están presionado para que venda activos. De lo contrario, corren el riesgo de convertirse en accionistas, algo que no contemplan, porque no quieren ni de broma. Se lo dejaron bastante clarito a Juan Luis Cebrián (en la imagen) el año pasado: se negaron a refinanciar la deuda de 3.500 millones de euros si no aceleraba las desinversiones. Con Mediaset les ha hecho caso, como adelantó Hispanidad, en lo que ha podido (un porcentaje ridículo), con Santillana, no se plantea vender -lo considera la joya de la corona; es rentable- y le queda Sogecable, sobre la que no han dejado de pesar rumores y más rumores sobre la posible compra por Telefónica. Es posible que hasta en el mini consejo de este viernes, el núcleo duro de la operadora lo haya analizado, entre otras cuestiones.

El problema que tiene que salvar es que en junio vence la emisión de bonos convertibles en acciones que firmaron BBVA, Santander y Caixabank, especialmente estos dos últimos. De no pagarse, supondría la capitalización de la deuda, como ya explicó Hispanidad. En otras palabras, como Janli no haga los deberes, podrían aflorar como accionistas de la entidad. Y claro, no quieren. Una cosa es 'colaborar' para refinanciar la deuda del buque, aunque tenga muchos agujeros, y otra, muy distinta, empezar a mandar en el buque y que lo sepa todo el mundo. Ni Botín ni Fainé están por la labor.

Mariano Tomás

mariano@hispanidad.com