Como ocurre con Zapatero, nada parece detener en la Argentina a Néstor Kirchner, que como su alma gemela trasatlántica, es capaz de librar varias batallas en escenarios distintos y salir indemnes de todas ellas. Sin embargo, Kirchner ha recibido en una provincia pobre, Misiones, el primer varapalo. En pocas palabras, el presidente argentino apoyó el pretendido cambio de la Constitución de Misiones (lo que en España llamaríamos Estatuto de Autonomía) para conseguir que el puesto de gobernador fuera perpetuo, o al menos que el gobernador pudiera mantenerse en le cargo de forma indefinida. Unos dicen que lo hizo para apoyar a quien el apoyó, el principal beneficiario de la reforma, el actual gobernador de Misiones, Carlos Rovira. Para otros, el asunto es más grave. Kirchner quería que Misiones se convirtiera en un precedente para el conjunto de Argentina y para el Gobierno federal. Es decir, comenzar el camino a iniciado por el venezolano Hugo Chávez, que pretende nuevas reformas legales que le mantengan en el poder, como él mismo reconoce, ya sin pudor alguno, hasta el año 2030.

El nuevo populismo, tanto venezolano como argentino, no pretende suprimir las elecciones, pues en ese mismo momento todo Occidente se les echaría encima y pasarían de ser calorados como una democracia a ser tildados de dictadura. Lo que pretenden, tanto Chávez en Venezuela como Kirchner en la Argentina a partir del experimento de Misiones- es la reelección indefinida. Por algo será que muchas democracias por ejemplo, Estados Unidos- consideran que uno de sus pilares básicos es la limitación de mandatos. En España no existe tal limitación, aunque algunos presidentes como José María Aznar, decidieran auto-imponérsela: ocho años. Zapatero, por el contrario, se ha opuesto a tal limitación.

Sean cuales sean las verdaderas intenciones de Kirchner, lo cierto es que se ha encontrado con el Frente Unidos por la Dignidad (FUD), coalición de 13 partidos políticos y asociaciones ciudadanas que se han opuesto a los planes de Rovira y que han salido victoriosos de la consulta popular del pasado domingo, por una proporción del 57% de los votos frente al 43% de su opositora, el gubernamental (roviriana y kirchneriano) FRC de Viviana Rovira. Nada menos que el Frente renovador de la concordia social, dirigido por otra de las notas características del populismo hispanoamericano- una prima del gobernador Carlos Rovira.

La prensa española se ha centrado en el hecho de que el líder de la coalición ganadora ha sido el obispo emérito de la zona, el español Joaquín Piña, a quien el Vaticano otorgó la jubilación a vuelta de correo, apenas horas después de que la solicitara el prelado. Y es que una cosa es que la labor de monseñor Piña en el referéndum de Misiones haya sido muy acertada y otra cosa es que al Vaticano le gusten los clérigos trabucaires, es decir, metidos en política. Monseñor Piña ya ha dicho que su actividad política ha comenzado y terminado aquí.