Trascendió en fin de semana y el Gobierno Zapatero se ocupó de que el Grupo Polanco se adelantara al resto, con la correspondiente sordina en la interpretación de los hechos. Una patrulla de soldados españoles pretendió cumplir una misión en la zona que les ha asignado la ONU cuando se interpuso en su camino una patrulla armada de Hezbolá. Los soldados, en cumplimiento de las órdenes de la ONU, avisaron al Ejército libanés (formado en su mayor parte por elementos de Hezbolá) y se retiraron. A la mañana siguiente, el ejército libanés comunicó a los mandos españoles que no habían encontrado a nadie en el lugar.

Es la tónica general de la misión en el Líbano. Hezbolá sigue controlando Líbano, especialmente la zona sur, y poco le importan los cascos azules, mientras Damasco les siga dotando de armamento e Irán de dinero.