En el círculo de Josep Piqué, número uno del Partido Popular en Cataluña, se explora la siguiente idea: clasificar a Cataluña como nación es como pretender mejorar la economía española manipulando las cifras del INE o del Banco de España. El partido no puede quedarse ahí. Una forma de decir que no conviene hacer cuestión de honor del término nación, algo que no suscribe prácticamente ningún dirigente del PP fuera de Cataluña. De hecho, en Madrid, el presidente Mariano Rajoy recibe cada vez más presiones para que cese a Piqué, a lo que se ha negado hasta ahora. Rajoy no quiere crisis, sino recambios naturales, por ejemplo, para la convención (febrero de 2006) del Partido.