Sr. Director:

Desde el 28 de febrero al 11 de marzo próximos, la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer de las Naciones Unidas (CSW) celebrará su sesión nº 49. En la misma se tratará el seguimiento de la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer (Beijing, 1995) y los documentos de la Asamblea General Beijing 5 (2000) y, entre otras cosas, la inclusión de éstos en los Objetivos o las Metas del Milenio para el Desarrollo. Cabe señalar que en su sesión anterior la CSW había acordado que en esta ocasión se trataría de cómo integrar la perspectiva de género en la implementación y revisión de la Declaración del Milenio.

El capítulo V de la Plataforma de Acción de Beijing, dice que la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer debe desempeñar una función central en la vigilancia de su aplicación.

En esta sesión de la CSW, 134 países deberán presentar informes a las Naciones Unidas sobre sus políticas para promover la igualdad de género y la implementación del Programa de Acción. También se realizarán: a) una Mesa Redonda entre representantes de alto nivel de Gobiernos, incluidas las Primeras Damas y los ministros de Asuntos de las Mujeres, expertos en temas de género de las Naciones Unidas, de las ONGs y la sociedad civil; y b) siete paneles interactivos para examinar los distintos temas y la relación entre la Plataforma de Beijing y el CEDAW. Es decir, crear las condiciones para forzar a los Estados a la ratificación de la Convención contra la Discriminación de la Mujer (CEDAW), según la reinterpretación que de ella hace la burocracia feminista, y de su Protocolo del Opcional, que ha sido calificado como el documento de la ONU para la globalización del aborto.

El desarrollo y el feminismo abortista

Si bien en las sesiones de marzo, se realizará la evaluación de la Conferencia de Beijing y de la Asamblea General Beijing 5, por su organización más que una reunión en concreto se trata de un proceso que durará hasta septiembre. Un modo práctico de diluir oposiciones.

Como parte de Beijing 10, en junio-julio, en el Consejo Económico Social de la ONU (ECOSOC) se trabajará sobre un plan de acuerdos internacionales que incluyen en las metas para el desarrollo, especialmente en los Objetivos para el Desarrollo del Milenio, la implementación de los resultados de las mayores conferencias y cumbres de la ONU, esto es las reuniones de los años 90, a las que la ideología del Nuevo Orden considera capitales para sus proyectos. Todo este planteamiento en el lenguaje progresista significa reforzar la idea del supuesto derecho humano al aborto; que se considere violencia contra la mujer todo lo que limite su autoderminación reproductiva; la equiparación al matrimonio de las llamadas uniones del mismo sexo; una nueva arremetida contra lo que llaman religiones dogmáticas o fundamentalistas y contra los derechos de los padres, etc.

Además, ya está convocado el plenario de la Asamblea General para, la revisión comprensiva de todos los compromisos hechos en la Declaración del Milenio, incluyendo las metas acordadas internacionalmente (....) y los compromisos de las mayores conferencias y cumbres de las Naciones Unidas en los campos económicos, sociales y los relacionados a estos, (New York, 14-16/09-05, Milenio 5).

Preparación para Beijing 10

Entre las reuniones preparatorias podemos citar la de Roma (noviembre 2004). Su documento final señala, por ejempl el aumento del conservadorismo social y en algunos casos un debilitamiento del movimiento de las mujeres con una reacción relacionada en contra de los derechos humanos de las mujeres incluyendo sus derechos sexuales y reproductivos. (...) Un marcado fenómeno de la década pasada fue la inserción política de la identidad conservadora basada en movimientos religiosos alrededor del mundo. Mientras que el conservadurismo en algunos contextos está asociado a debilitar los movimientos de mujeres, en otros contexto los movimientos de mujeres han ganado fuerza a través de nuevas oportunidades en el trabajo internacional y las comunicaciones. Señalamos en particular (...) las alianzas globales para los derechos reproductivos. (...) En estas observaciones es vital el pleno reconocimiento del rol del CEDAW como instrumento legal principal a nivel global para la incorporación de los derechos humanos de las mujeres. (Encuentro del Grupo de Expertos convocados por el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de la División para el Progreso de las Mujeres -DAW-, El Rol de los Mecanismos Nacionales en la Promoción de la Igualdad de Género y el Empoderamiento de las Mujeres, celebrado en Roma, del 29 de noviembre al 2 de diciembre de 2004; el informe final se publicó el 31 de enero de este año).

También preparando la próxima sesión del CSW, la División para el Progreso de las Mujeres de las Naciones Unidas (DAW), realizó este mes un encuentro de expertos en Baku sobre la relación entre la Plataforma de Acción de Beijing, la Declaración del Milenio y las Metas del Milenio para el Desarrollo. Sus conclusiones también se tendrán en cuenta New York, (Baku, Azerbaijan, del 7 al 10-02-05).

Forman parte también de los documentos previos a tratarse en Beijing 10 los de las reuniones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) en 2004, en las que Iberoamérica se pasó al bando abortista, (vid. NG. 628, 629, 645, 646, 650, entre otros), así como la Declaración del Consejo de Ministras de la mujer y la iniciativa Centroamericana de mujeres para el seguimiento a Cairo y Beijing.

Como es costumbre las ONGs se reunirán días antes que la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer.

Semana de Acción Global por los Derechos de la Mujer-Beijing (1-8 de Marzo, 2005)

Tres organizaciones feministas convocaron esta semana de acción. El Centro por el Liderazgo Mundial de la Mujer (CWGL por sus siglas en inglés); Alternativas de Desarrollo con Mujeres para una Nueva Era (DAWN); Organización de Mujeres por el Medio Ambiente y Desarrollo (WEDO). En su convocatoria dicen:

Beijing 10 ofrece al movimiento internacional de las mujeres, la oportunidad de: evaluar la implementación de la Plataforma de Beijing por parte de los diferentes gobiernos; darle voz a los temas importantes para la mujer; unirnos en nuestro plan común por la paz, derechos humanos, y justicia social, a nivel nacional e internacional; proponer perspectivas feministas y no sólo defender los logros recientes; mirar hacia el futuro y edificar sobre las victorias conseguidas como un movimiento mundial a nivel global; no sólo fortalecer la lucha común por eso logros, sino también avanzar en la formulación de nuevos planes feministas para nosotras mismas, nuestros gobiernos y el sistema multilateral; trabajar por la completa igualdad de la mujer en las Naciones Unidas y en los procesos locales, nacionales, regionales, y mundiales. Debemos usar esta oportunidad para adelantar las propuestas feministas para el siglo XXI. El proceso de Beijing 10 representa un momento político de atención mundial para la mujer, que puede ser utilizado para enfocarnos en nuestros problemas y preocupaciones y para crear un ambiente propicio para la re-politización del trabajo por la igualdad de género.

Algunos objetivos de la campaña son: Demandar rendición de cuentas con respecto a los derechos de la mujer. Evaluar el estado de la implementación de la Plataforma de Acción de Beijing y re-examinar los obstáculos que sobrfe temas que no fueron incluidos en la Plataforma. Demandar la rendición de cuentas de los gobiernos e instituciones multilaterales responsables de tomar o cambiar medidas con el fin de cumplir su compromiso con las mujeres en los últimos 30 años. Examinar los obstáculos y desafíos que obstruyen la implementación, tales como lo