El ministro de Industria, José Montilla, nada más llegar al cargo tuvo que presionar a Acciona, es decir, a la familia Entrecanales, para que no se marchara del capital de Avanzit. Montilla no está dispuesto a soportar otro Sintel, así que necesitaba a un grupo serio que pusiera orden. A los Entrecanales no les hizo mucha gracia, porque esa empresa auxiliar de telecomunicaciones, de la que poseían más del 20%, tenía un pasado oscuro y unas deudas atosigantes.

Pero, por la cuenta que les traía, se quedaron y, todo hay que decirlo, no hicieron mal trabajo : consiguieron nuevos contratos con Telefónica, una de las claves, quitas importantes con proveedores, relanzamiento de Avanzit Tecnología y renacimiento de Telson (especializada en postproducción televisiva), y para rentabilizar la tercera pata, la más dura, la de construcciones para telefonía, la antigua Radiotrónica consiguieron nuevos contactos y ficharon a un nuevo presidente, Manuel Soler, procedente de Telefónica.

Eso sí, de pronto, emergió Bank of Améria como primer accionista, en representación de alguien desconocido.

Pues bien, ahora el equipo directivo ha detectado que Javier Tallada, el hombre que en su día quiso hacerse con Avanzit, ha entrado otra vez en el capital. Lo que no gusta a Montilla, porque es sabida la poca querencia que Tallada siente por sus empresas, su afición a comprar y vender con rapidez siempre que haya una plusvalía. Y Avanzit tampoco resistiría otra oleada especulativa.