El Gobierno Rajoy ha puesto un poco más difícil la prejubilación, pero lo cierto es que algunas empresas seguirán prefiriendo librarse de gente con experiencia y, sobre todo, con buenos salarios, con tal de contratar jóvenes desesperados dispuestos a trabajar el doble por la mitad de dinero.

¿Y la experiencia La experiencia ha dejado de ser un activo. Al parecer, hemos creado un aparato industrial y de servicios, donde la tan cacareada formación poco importa. Lo que importa no es lo que vale el trabajador sino lo que cuesta.

La única forma de acabar con las prejubilaciones, verdadero cáncer del país, consiste en reducir la pensión a la mínima expresión.

Si te jubilas 24 horas antes de la edad prevista, por ejemplo. Y la única forma de conseguirlo es decretar que el único despido caro sea aquel al que tiene derecho el trabajador con años en ejercicio. Para ponérselo un poco más difícil a los empresarios sin escrúpulos, que hay tantos como sindicalistas sin escrúpulos. Y, naturalmente, sancionando a las empresas que prejubilen. Casi diría que despido libre para todo, sí, pero no para prejubilar.

Eulogio López
eulogio@hispanidad.com