El gratuito Metro se despertaba esta mañana ofreciendo una información falsa de toda falsedad. Afirma en su primera plana que la píldora postcoital que varias administraciones públicas reparten de manera gratuita e irresponsable evita 2.000 abortos en el 2005.

No es verdad que evite abortos, porque la píldora postcoital es abortiva en sí misma. Si se ha producido embarazo -cosa posible- el cóctel hormonal evita que el embrión anide en el útero de la madre, cuyos tejidos preparatorios dejan de estar operativos. Una especie de tsunami para el pequeño, que termina desechado en sentido estricto.

Lo que apunta el Metro es la nueva estrategia de los movimiento proaborto en España: redireccionar los abortos quirúrgicos caros y traumáticos- a abortos químicos, mucho más baratos y supuestamente menos traumáticos. En todo caso, conviene recordar que el aborto químico también produce síndrome postaborto, según han revelado estudios recientes.