Son calificadas de obscenas o instigadoras a la zoofilia las efigies del ruso Oleg Kulik. El Ministerio de Justicia galo ha dispuesto que sean retiradas de la Feria Internacional de Arte Contemporáneo de París.

En una de las instantáneas se exhibe, el depravado fotógrafo, en carnes vivas y representando prácticas de zoofilia con bestias irracionales. Y en otra instantánea, besuquea el hocico de un galgo. También se muestra el propio Kulik, en una lámina, con las vestiduras de Cristo, totalmente desnudo.

Los dueños de la galería moscovita XI, Elena Selina y Seguei Khripun, culpables de la exhibición de las fotográficas en la exposición francesa, fueron conducidos a la comisaría de policía gala, junto con las vandálicas efigies de Kulik, para prestar declaración. Para el Tribunal parisino, los trabajos de Kulik, zahieren la condición humana y tienen el agravante de que pueden ser contempladas por los chiquillos.

Por otra parte, en el Museo Contemporáneo de Bolzano de Italia, se ha expuesto un controvertible trabajo  del bohemio germano Martín Kippenberger consistente en un sapo verde clavado en la cruz. Fue excluida tajantemente ya que desató una avalancha de reproches y condenas.

Cuando el arte contemporáneo entra con falta de escrúpulos en el fondo del ser humano para enganchar los sentidos y las apetencias de quienes visionen esas imágenes, se está degradando el arte contemporáneo.

No se han mofado de una religión. Se han reído de la muerte de una persona, que para más de mil millones de creyentes, al mismo tiempo, es Dios.

Sólo los cobardes cometen estas crueldades.

Clemente Ferrer Roselló

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