El regulador bursátil se ha visto sorprendido por la avalancha de emisiones de operadores privados

La emisión de cédulas hipotecarias de Caja Madrid por importe de 1.000 millones de euros no es una excepción. La CNMV se está viendo sorprendida por la entrada masiva de peticiones de OPV después de dos años de sequía en los que nadie compraba nada. Ahora, las empresas acuden al mercado para obtener financiación en forma de bonos, acciones o cédulas.

Buena parte de la explicación llegaba este mismo viernes, con los datos del Banco de España, que señala que al cierre de septiembre los créditos concedidos por las entidades financieras a las empresas cayeron un 2%. El dinero barato del Banco Central Europeo se ha estado dedicando a la compra de deuda pública, más segura que los créditos, al tiempo que se endurecían las condiciones para prestar dinero. Claro que este jueves Trichet anunciaba el final de los tipos bajos, por lo que la deuda privada podría acabar desplazando a la pública.