Sr. Director:
Cuando en Quebec se planteó la separación de Canadá, se informó a los ciudadanos del "efecto frontera", es decir, de los efectos económicos de una nueva frontera política.

Por ejemplo, está comprobado que, tras una separación, las ventas de las empresas al otro lado de la frontera creada no se mantienen sino que disminuyen drásticamente. El ejemplo europeo más reciente es el desplome a la mitad de las ventas entre Chequia y Eslovaquia tras su separación.

Si esto sucediera en Cataluña, las empresas catalanas dejarían de ingresar 30.000 millones anuales del resto de España, lo que provocaría indudablemente el cierre de empresas catalanas y la pérdida de empleos. ¿Por qué no se habla en Cataluña del "efecto frontera" como sí se hizo en Quebec?

Creo que los ciudadanos catalanes necesitamos más información y menos demagogia mesiánica.

José Martínez Tortosa