Deuda es debilidad de la misma forma que propiedad es libertad (y si es mucha propiedad, es poder). Y si no es debilidad hoy lo será mañana, no lo duden ni minuto.  

Vean el cuadro adjunto que publicara El Economista, y descubrirán por qué la peligrosa tiranía china le está arrebatando el poder a los Estados Unidos: éste debe más del 100 por 100 de su PIB mientras China está en el 26% y Rusia, otro poder re-emergente, en el 8%.

Por el momento, el mayor apalancamiento de Estados Unidos se compensaba con el ejército más poderoso del Globo, pero eso puede cambiar
Sí es cierto, que hasta ahora esa diferencia entre esa tierra de libertad que es Occidente y la tiranía china se resolvía gracias a que Estados Unidos, los de la libertad, poseen el ejército más poderoso del mundo. A un Washington moroso se le puede aparentar para que pague su deuda en caso de dificultad pero no mucho.

Ahora bien, hasta eso está cambiando. Porque claro, resulta que el señor Obama ha dicho que el ejército norteamericano se prepara para hacer de policía, dado que la nueva lucha o de la lucha global, es lucha contra el terrorismo. La guerra mundial todavía es posible pero sería muy aburrida: una par de centenares lanzan misiles y un par de miles de millones quedan fritos. No da ni para un documental.

Ahora bien, la guerra del siglo XXI es la guerra donde el enemigo se esconde tras la población civil, no es una guerra de un país contra otro, ni del capitalismo contra el comunismo. Es una guerra de ejércitos contra terroristas. Y en ese punto, el héroe puede tener barriga o salir de un país insignificante. Vamos, que esa es otra historia.

En cualquier caso, el Ejército deja de ser tan impresionante y deja, con ello, de ser garante de la imperturbabilidad política por una deuda galopante. Los pobres son ahora los que carecen de deuda, porque no tienen tarjeta para el baile de los mercados financieros.  

Por otra parte, observen que uno de los países más consumista y más rico es Japón, campeón de la deuda, el país más apalancando del mundo. ¡Ojo!, que los emergentes tienen poca deuda, todavía son austeros.

Sí ya sé que me dirán que el monto total de deuda hay que ponerlo en relación con el coste de la misma -ya saben, la puñetera prima de riesgo-. En definitiva, emitir más deuda para pagar la deuda anterior, en un círculo vicioso donde se une el hambre y las ganas de comer. La crisis permanente en que nos movemos procede de haber suprimido el patrón oro y haber entrado en la locura monetaria y en la especulación financiera. Si ahora, al otro problema, el de la burbuja de la deuda, lo solucionamos con más liquidez, entonces no estaremos en crisis permanente sino en recesión permanente. Ya sabe: cuando no ves que es el vecino el que ha peridido el trabajo sino que lo has perdido tú.

Esto es, emitiendo dinero, porque puedas emitirlo barato no arregla la deuda sino que se multiplica el problema, más grave, del océano de liquidez en el que nos movemos y de la deuda que no podremos pagar. Hemos apagado el incendio con gasolina y ahora tenemos la crisis total y permanente.

Solución. La de siempre: austeridad pública, emitir menos deuda, emitir menos dinero volviendo al patrón de referencia, preocuparse más de tener una propiedad que de acumular propiedad a través de crédito y, sobre todo, dejar de privilegiar al rentista sobre el propietario, esto es, a la especulación financiera sobre la pequeña propiedad creadora de riqueza y basamento de libertades.

¿Cuál es la opción cristiana El deber moral de pagar las deudas es lo que exige la prudencia previa de no endeudarse hasta asfixiarse y asfixiar al prójimo. Además, es la emisión de dinero y la emisión de deuda la que ha multiplicado la especulación financiera y ha convertido a la economía financista en un enorme parásito de la economía real.

¿Y España España pasó de una deuda por debajo del 50% con Aznar a la actual, tras Zapatero y Rajoy, que ronda el 100 por 100. Ahí Aznar lo hizo bien y fue más cristiano que ZP y Rajoy. Así, como suena.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com