Sr. Director:
Durante unos días de vacaciones por tierras de Castilla, después de haber pasado por Pineda de la Sierra, leí una artículo sobre una anciana de este pueblo de la Demanda burgalesa, pueblo cargado de historia y tradiciones.

 

De la señora decía el articulista: Todos los días, sea invierno a verano, Saturnina sube la cuesta que separa su casa de la iglesia románica de San Estaban, de Pineda de la Sierra. En su bolso, como elemento tangible de su fe, lleva siempre un rosario de cuentas negras que asegura le ha ayudado en varios momentos de zozobra de su larga vida. Saturnina tiene 95 años de plenitud vital.

Antes, Saturnina recita de corrido al visitante la inscripción que aparece en un sillar de su casa: Jesús, María y José hízose año de 1699.

Pensé: con mujeres y hombres como Saturnina se ha hecho Castilla, me recordó a mi madre, Dolores, también de un pueblo burgalés, con 88 años, en invierno y en verano asiste a la Misa todos los días, hasta los que la nieve hacen peligroso el caminar.

Ante estos casos de recia fe asegurada con obras, me pregunté: ¿cómo es posible que haya políticos que no comprendan al pueblo? ¿Por qué con su laicismo pretenden hundir los principios y fundamentos de Castilla y de toda España?

Jesús Domingo Martínez