Sr. Director:

Vivimos en una situación "especialmente grave" para la familia, y es que, sin duda, la familia es la gran víctima de la sociedad contemporánea. Frente a esta situación vemos que hay centenares de miles que con su vida dan un buen ejemplo de la vitalidad de una institución que, parece, los poderes públicos se empeñan en ignorar.

La política familiar en España es una asignatura pendiente, porque faltan ayudas en el ámbito social y educativo, las desgravaciones fiscales se reducen al mínimo y las familias numerosas se sienten -con razón- desplazadas y desprotegidas. En cambio, se aprueban leyes sobre matrimonio homosexual y divorcio express que alteran las señas de identidad de la institución y se impone una asignatura innecesaria y confusa de Educación para la Ciudadanía, o se presentan leyes, como el proyecto de ley de educación catalana, que inculcan el derecho de los padres a elegir el centro educativo para sus hijos, sin que nadie se ocupe de los problemas reales. La familia es fuente de solidaridad y escuela de sentimientos positivos. El fracaso de la convivencia en el hogar repercute negativamente en la vida personal con las naturales consecuencias sociales.

Como siempre, los grandes perjudicados son los más débiles, niños y adolescentes, que se ven obligados a enfrentarse a la vida sin la solidez que proporcionan los afectos más profundos, porque el legislador ha hecho leyes, que facilitan se destruyan estos afectos, sin pensar en ellos.

Enric Barrull Casals

enricbarcas@gmail.com