El proceso parece imparable. En el País Vasco apenas quedan 400 policías nacionales dedicados a labores no transferidas: documentos de identificación, fronteras, etc. En Irún existe una comisaria conjunta entre policía nacional y gendarmería. El gobierno vasco ha exigido la presencia también de la Ertzaintza y desde la policía nacional se teme que el Gobierno ceda a la presión vasquista para forzar la presencia de la policía autónoma vasca.

Ninguno de los 400 policías nacionales desplegados en el País Vasco realiza ya labores de patrullaje callejero. De la misma forma, la Guardia Civil se ha replegado de los pueblos vascos, aunque en esta ocasión, se han concentrado en las ciudades. Algunos incluso han sido alojados en cuarteles del Ejército ante la falta de espacio. Además, siguen siendo pioneros en el aparato de información que permite el seguimiento y la detención de etarras.

Por su parte, Cataluña ha emprendido un proceso parecido. La Policía Nacional se encuentra de repliegue mientras que los Mossos d' Esquadra están en pleno proceso de despliegue. Patrullan ya en L´Hospitalet y pronto lo harán en el mismo Barcelona. La Guardia Civil también ha tenido que cerrar sus acuartelamientos y se encuentra concentrada en las grandes ciudades, como ocurre en el caso vasco. La policía nacional queda tan sólo para las labores que no han sido transferidas, pero sin competencias en el patrullaje callejero.