El plan es nítido y la planificación exigente. A los 11 años  -creo que demasiado tarde, la TV se ha anticipado- se enseña a los niños a fornicar, en todas sus variantes.

Desde los 13 -demasiado tarde, asimismo, para una correcta cosmovisión progresista- se les ofrece anticonceptivos de todo tipo o condones -que la popular Esperanza Aguirre les enseña a colocarse- y, para bien de los pobres, se les paga la PDD o los contraceptivos, todos ellos abortivos, pero eso no tiene por qué saberse. Por último, si estudian medicina o enfermería deben saber cómo se hace un aborto, porque el desempleo está disparado y ahí justamente ahí, hay un nicho de mercado que ofrece muchas posibilidades, oiga usted. Y hasta habrá clases prácticas, naturalmente, porque la calidad educativa es lo primero.

Es un plan de vida muy atinado para las nuevas generaciones, más bien degeneraciones, con un poco de suerte terminaremos con el mal atávico: la unión lamentable existe en la especie humana entre amor y sexualidad, y entre sexualidad y procreación. Yo no sé qué se han creído estos especímenes, los humanos. Sinceramente, sospecho que se consideran los reyes de la reacción por la futesa de ser los únicos animales racionales.  Una excusa muy vaga.

Por lo demás, el Zapatismo, con la siempre loable ayuda del centro-reformismo del PP, alanza marcas históricas. De igual modo que en Sodoma y Gomorra no se les ocurrió legalizar el gaymonio -simplemente se daban por ahí- los nazis de Adolfo Hitler no pasaron de convertir a la gente en víctimas: no se les ocurrió obligarles a ser verdugos. No formaron a los guardianes de los campos de exterminio en las facultades de medicina alemanas. El doctor Mengele aprendió sus técnicas con la experimentación. ZP y sus amigos de ERC e IU sí: quieren que en las facultades de medicina se enseñe a abortar.

No me extraña que cada vez sean más los españoles -y aún más los norteamericanos- que renuncian a maleducar a sus hijos en el colegio y optan formarles en casa. La última novela de Michael OBrien habla justamente de esto.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com