Aunque la verdad es que no especificó cuáles. Durante su comparecencia en Madrid mañana del martes- Piqué defendió una reducción de impuestos. Con ello, aclaró, se sitúa enfrente de lo hecho por CiU y lo prometido por el PSC. La postura del candidato del PP a la Generalitat sigue siendo la de apoyar a CiU, a pesar de que el candidato convergente, Artur Mas, rechaza ese apoyo con los peores modales.

Piqué lo sabe, pero quiere forzar a Mas a elegir entre el PSC, lo que originaría una crisis interna en el PSOE, dado que Montilla no acepta ser segundo de Mas, o precipitaría a CiU hacia el extremismo de ERC.

Eso sí, Piqué recordó que quiere una Cataluña integradora, convivencial, tolerante, abierta, proyectada al exterior, que sabe que España es una extraordinaria plataforma, si no nos lo acaban estropeando desde el Gobierno (se supone que desde el Gobierno de la nación).

Una idea que nada tiene que ver con la Cataluña profundamente antipática, manifiestamente insolidaria, cerrada en sí misma, reduccionista, que se ha construido en los últimos años. Nunca como ahora habíamos tenido peor imagen pero nos lo hemos ganado a pulso con polémicas como la generada en torno al pregón en castellano de Elvira Lindo, en las fiestas de La Merced.