Así, como suena. El secretario general del PP catalán, Josep Piqué, no pudo defender la enmienda 4ª que el PP había presentado al título 1º del Estatut relativo a los Derechos y Deberes. Los populares consideran que la actual redacción deja la puerta abierta al aborto, la eutanasia e incluso la poligamia.

Pero ocurre que Piqué calculó mal los tiempos. Se encontraba en el pasillo del Senado cuando se debatían las enmiendas del PAR y Entesa. Y en ejercicio de parlamentarismo cortés, había salido al pasillo a atender una llamada telefónica que sin duda sería mucho más importante que las enmiendas de sus adversarios políticos.

Total que la cosa duró menos de lo previsto y Piqué seguía hablando por teléfono cuando le tocó el turno. Y el tren no espera, así que la enmienda se quedo sin nadie que la defendiera. ¿Casualidad? Ocurre que Piqué ha permitido que los dirigentes regionales del PP planteen una estrategia light en la recogida de firmas antiEstatut. Además, Piqué ha defendido la necesidad de una agencia tributaria catalana y considera que Cataluña es una nación desde un punto de vista cultural. Y no sólo eso, sino que Piqué es uno de los hombres del partido que considera que el PP debería centrarse. Vamos que Piqué probablemente no es la persona más indicada para criticar la permisividad del aborto, eutanasia y la posible poligamia.