Ambos mandatarios decidirán en Berlín el mapa eléctrico europeo. Los perdedores son Italia y, sobre todo, España. De puertas adentro, se acentúa la división en La Caixa entre Brufau y Fainé sobre la OPA de Gas Natural. En Moncloa prometen a la entidad catalana que E.ON no se saldrá con la suya y le pararán los pies por cualquier vía política. Y entre tanta polvareda la italiana ENI también quiere hacerse con Repsol

El presidente francés, Jacques Chirac, y la canciller alemana, Angela Merkel, han expulsado del eje europeo a José Luis Rodríguez Zapatero. Y no se preocupan en ocultar la escenificación. Así, mientras la diplomacia española lucha por hacerse un hueco en la foto de la futura Consejo Extraordinario de la Energía (martes 14), los máximos mandatarios de Francia y Alemania han decidido reunirse en privado, en la noche del mismo martes, en Berlín, y dejar a Zapatero a un lado. Ambos acordarán cuál es la política energética europea y especialmente dos cuestiones: la nuclear y el mapa empresarial. Desde Moncloa tratan de vender, como una alternativa, la entrevista de ZP con el primer ministro galo, Dominique de Villepin, quien no ha arriesgado mucho al afirmar que prefería las fusiones amistosas a las opas hostiles. Su opinión no sirve para mucho ante el "superior criterio" de Jacques Chirac.
La postergación de Zapatero es injusta pero lógica, porque Merkel está empeñada en humillar al presidente español y en que la primera eléctrica alemana, E.ON, se haga con la primera eléctrica española, Endesa. Francia apoya a Alemania por la razón contraria: no está dispuesta a que la italiana ENEL se haga con Suez, y por eso ha forzado una fusión acelerad entre Suez y la pública Gas de Francia (Gaz de France). Por esto, la postura de Chirac está muy clara: si se acepta la excepción energética francesa (que es como la excepción cultural, pero con muchos más ceros), es decir, que Francia mantenga su territorio sin privatizar y sin liberalizar mientras sus empresas se convierten en gigantes dependientes del Elíseo y de Matignon, París apoyará a E.ON y presionará a los órganos europeos para que mortifiquen un poco al Gobierno Zapatero, tildándole de proteccionista.

Lejos queda el apoyo de Zapatero, nada más subir al poder, en 2004, al eje franco alemán y sus fotos de hermandad con Schröder y Chirac. Está claro que Merkel perdona pero no olvida aquella alusión a su fracaso electoral por parte de un Zapatero que, por exultante, perdió la condición de discreto.

Si Francia y Alemania llegan a un acuerdo, y todo parece indicar que así será, los perdedores serán Italia y España. Italia posee dos gigantes de la Energía como ENI y ENEL, que no pueden opar a la francesa EDF o a la alemana E.ON. Respecto a España, todos dan por colonizado el sector energético, el más estratégico de todos.

Mientras, de puertas adentro, en La Caixa se acentúa la división entre las dos posturas, que hay que personificar en el presidente de Repsol YPF, Antonio Brufau, y en el director general de la entidad, Isidró Fainé. En principio, el presidente, Ricardo Fornesa, se encuentra más próximo a Fainé que a Brufau, pero el Gobierno insiste: la OPA debe seguir adelante, y promete pararle los pies a E.ON por mucho escándalo que se arme en Europa. Por de pronto, el ministro de Industria mañana del lunes-, José Montilla, ya se ha enfrentado a Bruselas, advirtiendo que no es lógica la premura del Ejecutivo europeo porque responda a una serie de preguntas sobre el decreto del 24 de febrero y que se tomará más tiempo de los diez días que exige el Ejecutivo comunitario. Es más, afirma que es absurdo responder a Bruselas antes de que el decreto no se tramite en el Congreso español.

En Moncloa, además, son mucho más optimistas. Sencillamente, insisten, y así se lo han prometido a La Caixa, que le pararán los pies a E.ON, sea a través de la Función 14 y la Comisión Nacional de la Energía (CNE) o sea a través de la acción de oro. Vamos, que no pasarán. Al tiempo, animan a Gas Natural a mejorar su oferta.

Y hasta esto topa con un problema mayor. Antonio Brufau, actual presidente de Repsol YPF, está dispuesto a llegar hasta los 28 euros, forzar una mejora de la OPA y dar la campanada con una oferta aún mayor. El problema es doble. Por un lado, La Caixa puede verse en problemas si mejora su oferta; por otro, habría que reformar todo el grupo industrial para financiar la operación, e introducir a Repsol YPF en la misma, cosa que hasta el momento se ha tratado de evitar cuidadosamente. Podemos estar hablando de más de 30.000 millones de euros.

Y si no se hace esa mejora, y se continúa con la oferta actual, pues sencillamente podríamos encontrarnos con que la OPA de GN, aún sin competidor, no contará con suscriptores.

En definitiva, el Gobierno Zapatero quiere hacer valer su posición en el mundo, especialmente en Europa, pero el cambio de aliados del aznarismo al zapatismo, es decir, de Estados Unidos al Eje franco-alemán, ha dejado a España en fuera de juego en la diplomacia internacional, entre otras cosas porque la llegada de Merkel al poder ha modificado el tono y la dirección de la política exterior alemana: Merkel ha restaurado las relaciones con Washington y a España simplemente la ve como terreno colonizable.

Mientras tanto, Berlusconi, además de montar show en la RAI, mueve ficha con la petrolera ENI y la eléctrica ENEL. El nuevo rumor habla de dos cosas: Por una parte, ENEL considera que fracasará en Suez, y que Endesa puede ser el recambio, mientras la petrolera ENI muestra cada vez más interés en la petrolera Repsol YPF. Eso sí, ambas empresas están controlada por el Gobierno italiano, Ahora bien, si Merkel y Chirac pactan, ¿quién podría impedir que ENI exigiera a Europa el mismo trato de favor que reciben las empresas públicas francesas EDF o Gas de France?

Pero ocurre lo que ocurra, algo está claro : España pinta menos en el mundo que un gitano en un juzgado. Ya no nos respetan ni los presuntos enemigos ni los presuntos amigos, ni Angela Merkel ni Jacques Chirac, ni George Bush ni Vicente Fox ni Hugo Chávez ni Evo Morales.