La plantilla ya había aceptado seis meses atrás una cuasi congelación de salarios

Convertido definitivamente en el hombre fuerte de Volkswagen, Ferdinand Piëch vuelve a sus andadas antiespañolas. Cuando parecía haberse firmado la paz, pese a las ayudas oficiales del Gobierno español y a los esfuerzos de la plantilla, que han cuasi congelado sus salarios, Piëch exige más sacrificios a la planta de Martorell.

En su estilo habitual, el ejecutivo alemán, quien se distingue por su animadversión hacia España en general y hacia SEAT en particular, exige más sacrificios.