Basada en un hecho real, Philomena narra la historia de una madre para encontrar a su hijo al que arrebataron de su lado 50 años atrás y al que nunca ha olvidado. A su búsqueda se unirá un periodista de la BBC, Martin Sixmith.

La película, dirigida por Stephen Frears, explica mediante un resolutivo flash back, la tragedia que condujo a estos hechos. En 1952, en Irlanda, la adolescente Philomena Lee se quedó embarazada. Sus padres, para ocultar esta deshonra, la enviaron al convento de Roscrea. Allí, Philomena pagaba su manutención y la de su hijo Anthony trabajando en la lavandería. Pero, un día, las monjas, sin avisarle, dieron a su niño en adopción. Philomena calló durante décadas por remordimiento hasta que un día no pudo más y se lo confesó todo a su hija, quien puso los medios para encontrar al hijo y hermano perdido…

Philomena está bien defendida por la pareja protagonista, Judi Dench y Steve Coogan, quienes encarnan a personajes de cosmovisión muy diferente. Philomena es una mujer sencilla que no ha perdido la fe a pesar de su pasado, frente a un cínico periodista, mucho más combativo.

Aunque los hechos reales evidencian la falta de caridad de la que hicieron gala esas religiosas (sobre todo por callar algunos datos que conocían), lo que asombra de esta película es que Frears aprovecha para lanzar cargas de profundidad contra la doctrina  católica en general. Todo ello a pesar del mensaje conciliador del que hace alarde su protagonista,  Philomena Lee, durante toda la película, quien en su reciente en encuentro con el Papa Francisco el pasado 5 de febrero dejó claro lo siguiente: "Siempre tuve una profunda fe en la Iglesia y en su voluntad de reparar los errores cometidos en el pasado".

Philomena está nominada a cuatro Oscar, entre ellos mejor película y mejor actriz protagonista

Para: Los que les interese el asunto narrado