Los Presupuestos Generales del Estado -los de 2015 se debaten hoy martes en el Congreso- pueden analizarse de dos maneras: respondiendo a la pregunta de si son creíbles o respondiendo al interrogante de si son buenos.

Si observan el análisis del Instituto de Estudios Económicos (ideología CEOE), comprobarán que responden a la primera pregunta. Y la respuesta es que sí, que son creíbles. A poco que despunte la economía y el empleo aumentará el consumo, los ingresos por impuestos indirectos y el Estado habrá cubierto sus gastos. Pero ni observamos los Presupuestos como instrumento de política económica -en plata, si son buenos o son malos- entonces la respuesta, en mi modesta opinión, es que son muy malos.
Ejemplo: los PGE no modifican el modelo de pensiones... aunque representan el 58% del gasto total

Corresponden al estilo cobardón del Partido Popular: pasito a pasito, poquito a poquito, partido a partido, es decir, Cristóbal Montoro (en la imagen) ha aplicado una mirada de corto plazo para una crisis que se ha instalado a largo plazo y que, por tanto, ha venido para quedarse (la crisis no la recuperación).

Ejemplo: el gasto en pensiones, 132.000 millones de euros previstos, supone el 58% de las trasferencias corrientes del Estado. El resto se reparte entre los demás gastos, incluidos sanidad y educación, seguridad, defensa y gasto corriente de la administración.

En esa tesitura, esos presupuestos son, una vez más, un intento frustrado de curar el cáncer con cataplasmas. ¿Se pagarán las pensiones en 2015 Naturalmente que sí, pero a costa de apretar la soga con la que rodea el cuello.

¿Qué haría un gestor, no un mero administrador, en este caso Lo primero, retrasar la edad de jubilación y reducir las clases pasivas. Lo segundo, incentivar la maternidad -salario maternal- para rejuvenecer la población, es decir, para aumentar las clases activas.

El PP, en lo de siempre: un pasito hacia adelante otro pasito hacia atrás. No basta.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com