El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, nos pide a los españoles comprensión hacia las medidas que está adoptando, es decir, por los palos que nos está pegando. Hasta ahí toda va bien, porque lo cierto es que la herencia de Zapatero es, en verdad, herencia envenenada.

Luego la cosa empieza a fallar, cuando, antes de explicarle los Presupuestos Generales del Estado para 2012 a los diputados, y al pueblo español, a través de los periodistas, recibe nada más y nada menos que a Volker Kauder. ¿Que quién es Volker Kauder? Pero, ¿no lo saben? Pues nada menos que el portavoz de la CDU alemana, es decir, el partido de la canciller Angela Merkel: ¡Qué buena es doña Angela con nosotros!

Y Kauder ha estado encantador: nos ha aprobado. Es más casi nos otorga el notable si no fuera porque todavía no sabemos deletrear. Incluso nos ha prometido una conferencia para que Alemania invierta en España, en lugar de comprarles sus productos y crear puestos de trabajo mismamente en Germania, como hacemos ahora.

El Gobierno del Partido Popular también se explica muy bien en materia fiscal. Sobre todo de forma asaz ordenada: el viernes 30 nos comunican una amnistía fiscal para defraudadores y días después nos anuncian un plan para luchar contra el fraude. A lo mejor hubiera sido mejor plantearlo al revés. En cualquier caso, ¡se van a enterar esas pymes y esos autónomos! Y todo ello dos meses después del subidón del IRPF para las rentas del trabajo. En verdad te explicas bien, Mariano.

El asunto no acaba ahí: Suben los precios de la luz pero seguiremos financiando a los Abengoa, los March los Entrecanales, al amigo Florentino, pagándoles su carísima energía termosolar, que nos hipoteca para 25 años... y siguientes.

Luego llega el amigo de la ruleta eterna, el norteamericano Sheldon Adelson, el Rey de Las Vegas. Los pobres catalanes se quedan con las ganas porque el amigo americano, además de exigir que le paguemos su inversión y sus impuestos, exige rascacielos a gogó. Y resulta que si siembras de rascacielos los terrenos ofrecidos –gratuitamente, 'of course'- por la Generalitat, no hay forma de que los aviones aterricen en el aeropuerto de El Prat. Así que será Madrid la encargada de albergar este proyecto de futuro... si el PP suelta la pasta, claro. Lo cual supone un gran logro: en el futuro habrá tantos ludópatas como en el pasado y el presente. Es probable que los españoles no tengamos dinero para comer pero para juegos, droga y prostitución, que son los elementos creativos que suelen acompañar a la ludopatía, siempre quedarán algunos euros.

Y es que el Gobierno Rajoy no tiene problema de comunicación: su problema es de contenidos, de mensaje, de político, vamos, de fondo. Por lo demás, se le entiende todo... y ese es el problema.

Eulogio López



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