Recogemos aquí una serie de reacciones en torno al editorial sobre Periodismo católico.
Sr. Director:
Qué bueno su artículo sobre el periodismo católico. Es exactamente lo que pensamos muchos católicos. Tengo relación con periodistas católicos y he hablado con ellos de este tema en numerosas ocasiones.

 

Nosotros comprábamos la edición de fin de semana de La Gaceta de los Negocios, hasta que cambió de manos. En ese momento, perdió todo interés para mí. Como comentaba un trabajador, "nos hemos vendido por unas cuantas suscripciones, y hemos perdido nuestro ideario". De hecho, me consta que más de un trabajador busca la posibilidad de trasladarse a otro medio.

Como decía Benedicto XVI ayer, "los sufrimientos de la Iglesia vienen del pecado que hay en Ella" y no del mundo malo que quiere aniquilarnos. Si fuésemos católicos de verdad, seguidores de la Verdad, tendríamos claro que da igual lo que intenten, porque al final vamos a ganar. Cristo ya nos lo demostró. Lo que pasa es que soy tan tozudo que se me olvida casi cada día.

Eduardo Palanca

Periodismo... madrileño

Sr. Director:

Va otra vez; tengo 83 años, soy cristiano, y vivo de mi pensión de jubilación ganada a costa de 45 años de figurar en las plantillas de RNE, TVE, como periodista, incluidos los años en que éramos funcionarios del Ministerio de Información y Turismo.

Soy socialista, joseantoniano, franquista, antifranquista, anti Opus, y admirador del Opus; no soy demócrata pero soy democrático Oro parece, plata no es, ¿qué es?

Bien pues, sépalo: creo que usted es uno más de los que escriben de la mierda desde la mierda. Pero Hispanidad es lo único que consigo leer; todo lo demás sucumbe al símbolo de las aspas de eliminar. Le admiro y le animo. Aborrezco mi querido Madrid, sede de la mejor mierda; de la única mierda de verdad, con denominación de origen. Amo Madrid.

Hablo todos los días con nuestro común amigo y señor, Jesús de Nazaret; Él sonríe siempre, como a usted, como al pobre Rodríguez Zapatero; creo que sonríe incluso a Bono.

Eduardo Sancho

Opiniones censuradas

Sr. Director:

En su escrito Vd. afirma con rotundidad: Ernesto Sáenz de Buruaga -al parecer sustituto de Nacho Villa- no puede hacer un programa cristiano porque no es cristiano.

Me permito enviarle las declaraciones de Ernesto Sáenz de Buruaga realizadas durante una intervención suya a raíz de su participación  reciente como ponente en una mesa redonda sobre La nueva televisión . Una respuesta Cristiana.

Ernesto Sáenz de Buruaga: La Iglesia no está bien tratada por el Gobierno ni por los medios

Yo no hablo de Jesús pero creo que en Él y lo destilo en mis apariciones, declaró. No tengo pudor en comportarme, vivir y transmitir la creencias que tengo, pero eso en las televisiones no se puede vender porque la audiencia caería. Así, anunció que en los próximos meses se va a hablar mucho de Iglesia católica con la nueva ley de libertad religiosa que prepara el Gobierno pero destacó que no está bien tratada por el Gobierno ni por los medios. Finalmente, también se comentó si el programa La Noria era un buen programa o no. Según los profesionales de la mesa, indudablemente es un buen programa pese a lo que se verse en él.

Copio también las declaraciones que Vd. como Director de Hispanidad.com realizó a José Enrique Múgica para Catholic.net, en la que entre otras afirmaciones manifestaba:

El problema de las cartas al director no hace referencia a la lógica sino a la moral. Lo que hay que hacer es censurar -sí, censurar- no al ignorante, sino al miserable, al injuriador. El cristianismo no es la civilización del conocimiento sino la civilización del amor.

Por lo demás, ¡viva la democracia! De hecho, esto es lo que están haciendo todos los medios: las opiniones siempre están censuradas para evitar la injuria, para evitar la querella, o para evitar ambas cosas a la vez.

A partir de este punto juzgue Vd. mismo su propio trabajo  y el bien o el mal que éste

produce y en esa misma línea la coherencia o no del discurso que mantiene.

Javier Ruiz de Azcárate