Sr. Director:

Estos días se nos comunica que en EUA se ha ejecutado la pena de muerte número 1000. Toda Europa se muestra escandalizada: ¿cómo un país democrático puede permitir esta práctica? Lo que también deberíamos preguntarnos es por qué en Holanda el año 1991 unas 900 personas (en un solo año) recibieron la eutanasia (inyección letal) sin haberlo pedido (sin su consentimiento).

Parece que en 2001 fueron 980 los casos. Así, pues, no parece que las cosas vayan mejor. Nadie está autorizado a terminar con la vida de otra persona, ni en EUA, ni en Holanda, ni, por lo que parece que quieren nuestros políticos, en España y Cataluña. ¿Por qué no se nos habla de la otra cara de la eutanasia? ¿Es que los enfermos y viejos se merecen un trato menos humano que los presuntos asesinos? A estos últimos al menos les han permitido defenderse en un juicio... ¿Por qué no se nos habla de ello si el drama humano es mucho mayor?

Joaquim Bosch Barrera

kim@girona.com