Sr. Director:
En el sector ovino se está ante unos retos difíciles que muchos no van a poder superar, por lo que se espera un importante recorte en el censo de animales, en el número de granjas y en la actividad general que rodea al mundo del ovino y del caprino.

 

De hecho, ese recorte ha comenzado ya, y parece que se va a ir acelerando durante los próximos doce meses. Como dato más característico tenemos que la producción hasta septiembre ha bajado un 14 %.

La clave para resistir y poder disfrutar de tiempos mejores, además de la cualificación del ganadero y de la adaptación inteligente del modelo de explotación, será sin duda la apuesta por las estrategias de calidad como camino para afinar al máximo los costes o la rentabilidad y como garantía para asegurarse un hueco sólido y seguro en el mercado.

Un buen ejemplo de ello lo están dando precisamente desde la IGP del Lechazo de Castilla y León, algo que en Aranda de Duero, Tierra de vino y cordero, capital de mí comarca, conocen muy de cerca; aunque, por suerte están empezando a surgir otros, tanto en la producción de leche como en la de carne, en diversas comarcas de Castilla y León o de otras regiones españolas.

En cualquier caso, y a la vista de todos esos antecedentes, parece que este año va a ser el más difícil para el ovino desde hace mucho tiempo. Y es necesario replantear muchas de las claves que hasta ahora han movido la marcha del sector para encontrar nuevos caminos hacia un futuro que, sin duda, está al alcance de muchos ganaderos.

Domingo Martínez Madrid