Pedro J. Ramírez se refería también al asunto de actualidad, el 11-M y la batalla con El País y ABC: Esta película ya la hemos visto. No vamos a caer en la trampa de convertir la investigación del 11-M en una guerra mediática pero no vamos a dejar de denunciar la desfachatez, la manipulación y la indecencia. La manipulación de El País de ayer pasará a los anales como ejemplo de lo que no se debe hacer. Recomiendo la lectura del editorial de nuestro periódico y del artículo de Fernando Múgica: y dice que afirma que jamás le ha pagado a Trashorras, ni a él ni a nadie del entorno. El único intercambio entre la familia Trashorras y El Mundo es una carta al periódico que mañana publicaremos. Que los lectores juzguen si esa carta es la de alguien que está tratando de traficar con los recuerdos de su hijo. El Mundo no le ha pagado a Trashorras y si le hubiera pagado, tampoco eso neutralizaría el valor de sus declaraciones. Lo importante es la veracidad de lo que diga. Si ahora alguien me dijera que me vende los informes de los explosivos que estallaron en los trenes, El Mundo estaría dispuesto a pagar cualquier cantidad para esclarecer el 11-M, dentro de la legalidad, y el código ético y deontológico. La cuestión es que El Mundo no le ha pagado a Trashorras y El País ha manipulado. Yo les ofrezco un trato : si El País demuestra que El Mundo le ha pagado a Trashorras, yo abandono el periodismo. Abandono mi vida, mi razón de existir, la identidad de mi proyecto vital, en un ámbito en que es tan esencial la credibilidad de los medios, lo que no se puede hacer es decir que El Mundo ha pagado a Trashorras porque se deduce. Y a cambio, no les pido a ellos que lo abandonen, porque nadie se ha dado cuenta de que lo están ejerciendo porque su condición es la sumisión a quien les paga y hacer periodismo por encargo. Les pido que nos dejen en paz, lo único que investiga El País son las investigaciones de El Mundo.