Sr. Director:

Mi árbol genealógico tanto ascendiente como descendiente está plagado de familias numerosas, empezando por la mía propia y acabando por más del 50% de amigos míos, que también son familias numerosas, o provienen de familias numerosas.

Este Gobierno que nos representa  ha tardado demasiado tiempo en aprobar un Reglamento interno que hasta la fecha nos impedía poder aplicar las escasas novedades de la Primera  Ley de Familias Numerosas en España desde la instauración de la democracia en este país.

Nuestra ley, muy a nuestro pesar, era del régimen anterior y nadie tenía prisa en actualizarla, de la misma manera y con la misma urgencia con que se han ido renovando otros vestigios hoy políticamente incorrectos.

Haciendo coincidir este fausto acontecimiento, de poder aplicar una nueva Ley, se ha hecho pública la encuesta del CIS, que con el anterior gobierno estaba latente pero no era evidente ni público, que es considerar que las familias numerosas somos un colectivo socialmente incómodo y peligroso, y por ello se nos equipara a los alcohólicos, ex-presidiarios, a las personas de tendencias políticas extremas.

Quiero pensar que este linchamiento social público y subliminal, al mismo tiempo, está sujeto a la ignorancia o a la falta de sensibilidad hacia muchos españoles que como dije, tenemos, hemos tenido o derivamos, de una familia numerosa, y no por eso somos incómodos o peligrosos.

Ya que los modelos sociales están en alza propongo recordar a familias numerosas tan conocidas y públicas  como la de nuestro Ministro de Defensa, Jose Bono; el futbolista Raúl, y no podemos olvidar, a nuestra Infanta Cristina, hija de los Reyes de España.

No sé si este gobierno es consciente de que, por intentar proteger socialmente a determinados colectivos que durante años han sido discriminados, está sin embargo en contra de la mayoría.

A cambio de atender a estos, están equiparándonos a otros colectivos y de esta manera, se perjudica directamente, la imagen que como ciudadanos y contribuyentes activos, tanto económica como socialmente, venimos ejerciendo de forma respetable y permanente.

Si uno se decide por hacer un país socialmente justo e igualitario con todas las personas, no puede permitirse, que sin causa justa se nos intente encasillar entre grupos marginales y problemáticos, cuando además, en ningún sitio consta que seamos, estadísticamente hablando, más protagonistas de determinados problemas que las familias con un hijo, dos hijos o ningún hijo.

Ha llegado el momento en que deberíamos cerrar filas con firmeza y rigor, con la intención de que seamos tan respetables, por lo menos, como los demás. Y es por ello por lo que os propongo que pidamos amparo legal al Defensor del Pueblo y al Defensor del Menor, ya que realmente no tenemos otros recursos en donde ampararnos de este Atropello social contra la Familia en general, y en este caso, la Familia Numerosa muy en particular.

Si no nos retiran de ese documento elaborado por el CIS, como colectivo de riesgo ante los demás, deberíamos entonces exigir que se incluyan entre los colectivos también incómodos para convivir al ciego o discapacitado que va dando golpes con el bastón por el portal buscando la salida, al anciano o enfermo que golpea con su silla de ruedas cada vez que le llevan a hacer la diálisis, o los atascos que producen los coches de la funeraria con los ataúdes de la residencia de ancianos próxima a nuestra vivienda.

Creo que si no nos convencemos de que tenemos que hacer algo todos juntos asistiremos y apoyaremos con nuestro silencio al famicidio orquestado que se está produciendo.

Sara Pérez-Tomé Román

sptr@inmoexpert.org