Sr. Director:
A los cincuenta y un años la única ventaja que le veo a continuar viajando por el mundo, como el baúl de la Piquer, es la de poder ver, conocer, comparar y experimentar las diferencias entre las políticas económicas aplicadas en España y las que se están poniendo en práctica en otros países, así como las consecuencias que ello tiene en la salida de la crisis que en otros países se está produciendo.

Así puedes confirmar dónde reina el sentido común y dónde el populismo; dónde existen políticas con visión de futuro, que no comprometen a las próximas generaciones, y dónde el corto plazo nos lleva a sacrificar el futuro de nuestros hijos.

La diferencia entre un político y un estadista es, fundamentalmente, que el primero mira a las próximas elecciones y el segundo a las próximas generaciones. Es obvio que nuestros gobernantes, así como los partidos políticos, están encuadrados entre los primeros, ya que los segundos brillan por su ausencia desde hace décadas. Otro gran problema es la cualificación real y no propagandística de nuestros gobernantes y políticos; más bien escasa en relación a lo que se ve en el mercado político europeo y americano, incluso el hispanoamericano, salvo  excepción de los socios de referencia de nuestro presidente del gobierno, señores Chávez y Evo.

Así las cosas, a la vista de que estamos entre políticos mediocres, que no estadistas patriotas, las consecuencias son las lógicas: un gobierno que no sabe hacer la O con un canuto y una oposición que todas las noches da gracias a Dios por no estar en el gobierno. La conjunción de estas dos realidades, a la que se le suma la presión de los nacionalistas chantajeando continuamente a los tibios y timoratos PSOE y PP, es lo que nos están llevando a un callejón sin salida. A la oposición, la hemos oído criticar pero no aportan soluciones. En las Comunidades Autónomas donde gobierna hace la misma política que los socialistas, pero como lo hace el PP todo es bueno. Así, el señor Gallardón se saca impuestos de la manga (el de residuos, que afecta a viviendas y oficinas a razón de aproximadamente un euro por metro construido -lo que supone para él un ingreso multimillonario- esté o no habitado el piso o oficina, corresponda a un soltero, a un  matrimonio jubilado ó a ocho de familia como es mi caso) o incrementa los actuales de forma dramática.

Ante esta situación los políticos deben mojarse y plantear soluciones realistas que son las que los empresarios, los profesionales y los padres de familia estamos aplicando en el día a día de esta crisis. Así, cuando existen gastos ociosos los suprimimos y cuando no lo son, los reducimos al máximo, eso sí, sin perjudicar la educación de nuestros hijos, la salud y seguridad de nuestra familia.

Desde  Alternativa Española hemos denunciado en reiteradas ocasiones que el mayor consumo de recursos del Estado, y por lo tanto fuente del desequilibrio presupuestario son las autonomías, ello sin perjuicio de ser las responsables del proceso de ruptura de la unidad de España -bien moral que todos los españoles estamos obligados a defender-. Pues bien, hasta hoy no he oído, ni al PP ni al PSOE, pedir una reforma constitucional que termine definitivamente con este despilfarro y se proceda a definir una nueva forma de descentralización administrativa que evite el inútil doble gasto y otorgue a las provincias, o mejor a las tradicionales regiones de España, facultades de administración de los recursos nacionales afectos a su región, con capacidad exclusivamente reglamentaria, correspondiendo la capacidad legislativa solo al Estado de la Nación. A este respecto es clara nuestra posición; es la posición de un estadista no la de un político mediocre. Se debe poner fin al actual modelo autonómico, no se debe transferir ni un solo euro más a las Autonomías y se debe acabar con las dobles instituciones, que duplican el uso de los recursos, de forma inmediata. Es necesario abrir un nuevo periodo constituyente y modificar el sistema de descentralización administrativa actual.

La contención del gasto público es imprescindible, por ello no se deben convocar nuevos empleos públicos, ni permitirse a las empresas mixtas (coladero habitual) participadas por organismos públicos la contratación de mas funcionarios, debiendo amortizarse todas las bajas y generando una política de baja incentivada. A la muerte del Excmo. Don Francisco Franco, con una población de aproximada de treinta y cinco millones de habitantes existían 1,5 millones de funcionarios, hoy casi, 35 años después, con unos diez millones más de habitantes tenemos más de 3 millones de funcionarios. En Europa la media es de 10 funcionarios por cada 100 trabajadores activos, en España la media es de 15, es decir un 50% mas. Esto es un total despropósito que exige valentía y rigor para denunciarlo y pedir un cambio radical en esta política de gasto público. Debemos poner fin a este dispendio incontrolado que no provoca más que el clientelismo de los partidos políticos y la corrupción.

Otro cáncer sobre el que hay que intervenir de forma inmediata es sobre las organizaciones sindicales y patronales, ambas en mayor o menor medida, las primeras mucho más que las segundas, sanguijuelas del presupuesto. Todos los sujetos pasivos de impuestos en España contribuimos con nuestro dinero a financiar los sindicatos, a los que se encuentran afiliados un número ciertamente reducido de trabajadores, el 15,7% de los asalariados según las últimas informaciones (fuente ECVT), que por cierto pagan también su peaje, de ellos sólo un 50% utilizan sus servicios. Al final de la vida laboral la mayoría de los trabajadores jamás han utilizado los servicios del sindicato al que están afiliados, de forma tal que, entre los que no están afiliados y los afiliados que tampoco lo usan, son sólo una minoría los trabajadores  que disfrutan de sus servicios (aprox. 7,8% de los asalariados), y según aseguran su grado de satisfacción es muy bajo. Se da además la paradoja que los empresarios, target de los sindicatos, también los financian con sus impuestos y viceversa, los trabajadores financian en cierta medida a la patronal, muchas veces ajena a los intereses reales de los trabajadores.

Por otro lado, esa musiquilla de patronal y trabajadores suena a reaccionaria y antagónica, algo que convendría superar haciendo que ambos, trabajadores y empresarios, se fusionaran en un proyecto común, donde los trabajadores hicieran de la empresa su proyecto de vida y participaran de su éxito y los empresarios los tuvieran por el mejor de sus activos, y no ser considerados, como se acostumbra a decir, el pasivo laboral. Si así fuera, otro gallo nos cantaría. Pero la parte más indignante de esta realidad son los liberados sindicales, esos trabajadores que no pegan un palo al agua. Entre UGT y CCOO suman algo más de 300.000 personas. Estos dos sindicatos, además, directa o indirectamente, ya sea en concepto de subvenciones o en proyectos de formación, por cierto de la mano en esta ocasión de la COE, reciben y administran más de 200.000.000 de Euros (aproximadamente 25 millones por subvenciones y el resto como gestores de los fondos de formación).

Súmense a ello las ingentes cantidades de dinero que recibieron por la recuperación de su patrimonio histórico (aproximadamente 100 millones de euros). Lo que muchos españoles pensamos es que los sindicatos deben ser financiados por sus afiliados y lo mismo la patronal, si no que los cierren.

Decía al principio lo del baúl de la Piquer y retorno a ello con un solo un ejemplo: esta semana he estado en Berlín y Budapest y últimamente mucho en Paris. Las diferencias  con las políticas económicas y fiscales de estos países (incluida Hungría, mucho menos desarrollada y con gravísimos problemas todavía por efecto del régimen liberador comunista que padeció) son abismales. En Berlín escuché a su presidenta, y a su más que posible socio de Gobierno, que la primera medida que adoptarán será bajar los impuestos y dar una mayor liquidez al mercado, obligando a los bancos a facilitar créditos a las empresas, haciendo que el dinero y el apoyo dado por el Estado a éstos llegue a las PYMES y no se quede en el saneamiento del entramado bancario. Por el contrario, aquí seguimos dando dinero a un sector que sigue ganando anualmente la friolera de más de 22.000 millones de Euros.

En Budapest el presupuesto del año próximo contempla la eliminación de un 4% en el impuesto de sociedades, dejándolo en un 19%, versus, más menos 32% en España. En Francia han bajado el IVA para el consumo aproximadamente diez puntos, de forma tal que la restauración, la hostelería, gran motor de la economía, y otros sectores han visto pasar sus espacios y sus mesas de estar vacías a estar llenas, lo que implica la creación de empleo, consumo y otra vez la máquina en marcha; el mercado inmobiliario se ha recuperado nuevamente y ya se vuelve a hablar de yield del 4,8 y no del 7 como hace unos meses; los bancos dan dinero.

Medidas como esas son las que se han de adoptar en España. Medidas que nosotros desde Alternativa Española presentamos hace meses. Medidas como la obligación de pagar a 60 días, evitando de esa forma la presión de las grandes cadenas de distribución sobre los fabricantes y lo que es mejor, que esta medida también alcanza al gobierno y a los municipios. Por ello, como ya decíamos, menos planes E y más pagar las deudas de los, Ministerios, Ayuntamientos y Comunidades Autónomas.

Sólo con estos cambios en la política de pagos cambiaria la tendencia del mercado, ya que la actual situación es insostenible: los bancos no financian el circulante, pese a que el gobierno les ha avalado para salir de su situación actual, eso sí, con el dinero de todos los españoles; los compradores (entre ellos las grandes superficies y las entidades publicas) posponen el pago todo lo que pueden debilitando al empresario, fundamentalmente a las PYMES y autónomos, lo que les obliga, en muchas ocasiones, como vía de dar salida a sus productos y generar ingresos, a fabricar marcas blancas con márgenes inferiores, incluso en pérdidas, debilitando la fuerza de su propia marca en benéfico de la de las grandes superficies, produciéndose con ello la autocanibalización de su mejor activo (su marca propia) a favor de las distribuidoras. Por ello aplaudimos la campaña publicitaria que se esta haciendo a favor de las marcas propias.

La bajada de impuestos en momentos de crisis es de manual de primer grado (lo que pasa es que estos chicos y chicas del gobierno no han pasado del preescolar), pero en España se anuncian imprecisas y demagógicas subidas. Sin embargo, conviene no olvidar que, pese a las criticas de la oposición al Gobierno en esta materia, las cuales comparto, escandaliza la cara dura del PP cuando en sus Comunidades y Ayuntamientos están siguiendo exactamente la misma receta: subidas brutales de impuestos. Pregunten ustedes a los madrileños.

Quedan más temas que tratar que influyen directamente en nuestra situación en el furgón de cola de la recuperación y sobre los que otros países están actuando. Por ejemplo, el tema de la energía, las subvenciones a las renovables, los carburantes, el agua, la agricultura (la diferencia entre el precio del productor hasta el consumidor), la pesca Es ahí donde la labor de un estadista, que no de un político, sería imprescindible en estos momentos, pero la realidad es terca. En España no están y no se les espera, ni en el PP ni en el PSOE, Y qué decir de los nacionalistas verdaderas sanguijuelas del presupuesto y termitas de la unidad de nuestra Patria, a estos como a los sindicatos, que los cierren.

Rafael López-Diéguez

http://www.alternativaespanola.com