Para el diario independiente de la mañana, la asistencia o no de Castro es una mera anécdota de la Cumbre que se ha convertido en categoría. Se equivoca el diario polanquil. El objetivo de la cumbre era supuestamente hablar sobre inmigración y el asunto quedó pospuesto para mejor ver, siempre según el buen hacer del hispanouruguayo Enrique Iglesias. Total, eso no genera prisa. Lo que genera más prisas es la foto.

Y Zapatero se quedó sin ella. No hubo foto con el dictador cubano porque Fidel se asustó ante la posibilidad de terminar sus días como Pinochet tras conocerse por la publicación de este diario la intención de la disidencia cubana de presentar una denuncia ante la Audiencia Nacional tras conocerse la jurisdicción universal de la justicia española.

Además, toda la cumbre giró en torno a la declaración relativa al bloqueo norteamericano a la isla y a la consideración de la guerrilla colombiana como movimiento terrorista por parte de Cuba y Venezuela. O sea, que no se trata de una anécdota, sino más bien del meollo de la crisis. Un fracaso diplomático donde la humillación llega a su cenit. El Gobierno español se arrodilla ante la dictadura castrista y el castrismo le ignora. Ocurrió con el desfile militar y ocurre ahora en la XV Cumbre. ¿Alguien da más?