Sr. Director:
El Papa reconoció que en el Sínodo de los obispos de octubre pasado hubo discusión, a veces fuerte, pero siempre desde la escucha a la voluntad de Dios y desde el servicio al bien de la Iglesia.

El propio Francisco ha alentado ese debate en libertad, dejando claro al mismo tiempo, que su presencia ha sido en todo momento garantía de fidelidad a una doctrina de dos mil años, que nadie en el Sínodo puso en cuestión.

Lo que pide el Papa, en primer lugar, es una Iglesia en estado de misión, comenzando por las propias familias cristianas, que son quienes, con su testimonio, están en condiciones de hacer ante el mundo el anuncio más convincente de la belleza de la familia.

Valentín Abelenda Carrillo