Según él, ha recibido garantías de Mariano Rajoy, quien desautorizará a Esperanza Aguirre. El alcalde de Madrid se jugará en las encuestas con el presidente swl Partido Popular la primogenitura electoral. En el entretanto, se trata de utilizar a Blesa para destruir la carrera política de Esperanza Aguirre. En el mejor de los casos, el Gobierno del PP de Madrid entrará en una larga batalla jurídica con su entidad tutelada 

No era alegría navideña, sino euforia. Si no fuera porque apenas bebe, se diría que el presidente de Caja Madrid, Miguel Blesa, estaba borracho de felicidad el pasado lunes 15, último Consejo de Administración del año en Caja Madrid. Apenas se habló de los muchos frentes que tiene abiertos la Caja, especialmente en materia inmobiliaria. Tampoco se citó el llamado proyecto de Ley Blesa, o borrador de la Comunidad de Madrid que otorga mas poder de representación en la Caja a los dos partidos mayoritarios en la Asamblea.

Y es que Miguel Blesa repite su doctrina a quien quiera oírle: la ley no puede tener efecto retroactivo y si la Comunidad quiere plantearlo le hará frente en los tribunales, y la judicialización puede implicar años... y él sólo pretende un tercer mandato de 6 años, por lo que permanecerá al frente de la institución unos 18 largos.

Además, Blesa sabe que el secretario general del PSOE madrileño, Tomás Gómez, apoya el relevo de Blesa siempre que Aguirre logre sacar adelante la ley y, atención, aplicarla en el relevo de órganos de Gobierno que ya ha comenzado.  

Pero el asunto no es jurídico, sino político. Si Blesa está eufórico es porque, de nuevo, ha conseguido el apoyo del presidente del Partido Popular, Mariano Rajoy... y esta vez con la vitola de apoyo definitivo. De hecho, Rajoy está desautorizando a Esperanza Aguirre en nombre del pacto que mantiene con Ruiz Gallardón. Pacto que consiste en lo siguiente: serán las encuestas quien, cuando se convoquen elecciones, en principio 2012, pero podría ser antes, decidan quién es el candidato del PP a La Moncloa, si Mariano o Alberto. A día de hoy, el candidato sería, sin lugar a dudas, el alcalde de Madrid, mucho más popular que don Mariano. Mientras tanto, ambos como una piña frente a los disidentes, especialmente frente a Esperanza Aguirre.

¿Y qué mejor manera de destruir la carrera política de doña Esperanza que desautorizándola en la cuestión en la que más carne ha puesto en el asador, es decir, el relevo de Miguel Blesa al frente de Caja Madrid?

Y es igual que la ley se apruebe -el PP tiene mayoría en la Asamblea de Madrid-. Lo que Blesa discute no es la validez de la norma sino su carácter retroactivo. Eso llevaría a judicializar la cuestión con lo que le tendríamos muchos años al frente de Caja Madrid. Por cierto, a Esperanza Aguirre no le ayuda mucho haber hablado de Ignacio Gonzalez como candidato. Cuando propuso, primero a Rodrigo Rato, y luego a Manuel Pizarro, había más posibilidades.

En resumen, nuevo vuelco en la batalla, esta vez vuelco pro-Blesa. Pero, ojo, porque Aguirre sabe que si pierde esta batalla ya puede jubilarse de la política.