Sr. Director:
Como recordaran los lectores, en 2003 y 2004, el partido socialista incorporó en su programa electoral, el mismo que llevó a Zapatero a La Moncloa en el año 2004, la propuesta de que los alcaldes fuesen los candidatos más votados y no el resultante de las alianzas postelectorales.

Ahora, lo que ocurre, en realidad, es algo muy simple: la oposición de izquierdas, obsesionada con su objetivo de aislar al Partido Popular, ha visto en los cambios introducidos en el panorama político tras las últimas elecciones europeas, una oportunidad de nuevas alianzas que podrían apear de algunas alcaldías a los candidatos de centro-derecha.

De todas formas, la propuesta de Rajoy exigiría, en principio, un amplio consenso para hacer gobernables las ciudades donde el alcalde tenga que gobernar con una oposición mayoritaria.

El problema que se plantea es que el tiempo apremia, dada la cercanía de los próximos comicios municipales, y que la oposición no parece dispuesta a ningún acuerdo con el Partido Popular, aunque es consciente de la necesidad de una reforma electoral que acerque a electores y elegidos.

José Morales Martín