Al parecer, la diplomacia norteamericana no anda muy errada cuando acusa al presidente venezolano Hugo Chávez. El indigenista, máximo dirigente del cuarto país productor de petróleo del mundo, ha dicho que el precio del crudo debe situarse en los 50 euros, es decir, en una horquilla entre los 40 y los 60 dólares por barril. Es decir, en los 50 dólares. Para las economías occidentales, que dependen del petróleo que a su vez indicia el precio del gas- un verdadero desastre. Para los gobiernos productores, todo un éxito, aunque sus pueblos (la OPEP está compuesta por 11 países, y ninguno es una democracia) no experimenten mejoras en su calidad de vida.