Posiblemente sea la familia de industriales y políticos españoles más conocida como clan empresarial. Los Oriol han trabajado con el Franquismo y con los distintos gobiernos democráticos. Y, de paso, han sufrido en sus propias carnes el azote etarra. Quizás por ello, han llamado especialmente la atención que el presidente saliente de Iberdrola, Íñigo Oriol, se haya felicitado por el alto el fuego de la organización terrorista ETA. Oriol considera que todos debemos felicitarnos, y ha recordado que en el País Vasco se ha sufrido mucho, al igual que en el resto de España. Sin embargo, lo que llama más la atención es que Oriol añadiera a ese sufrimiento la siguiente muletilla: a causa de los unos y los otros, ¿A qué otros se refería? Quizás se trate de un puro lapsus del lenguaje lo que, de otro modo, podría entenderse como equidistancia. Es lo más lógico, tratándose de un hombre que nunca ha escondido su orgullo de vasco y español y que, además, no ha tenido pelos en la lengua para condenar el terrorismo etarra.

De cualquier forma, las palabras, casi exultantes, de Oriol rebelan con claridad que el alto el fuego -una expresión de origen militar que en Hispanidad no nos gusta, pues estamos hablando de terrorismo, no de guerra- ha creado en toda España un ambiente de corte casi determinista, incontenible, donde mucha gente está dispuesta a ceder mucho con tal de conseguir el cese de la violencia. Parece lógico y parece bueno. Peligroso, pero lógico y positivo.