Lo cuenta Profesionales por la Ética. Ya son 35 los padres condenados en Alemania -con pena de cárcel en algunos casos- por negarse a que sus hijos pequeños les empapen el cerebro con materias viscosas.

Aquí no está en juego la libertad educativa, o no sólo, sino el derecho a la objeción de conciencia, que es aún más relevante. Porque, habrá que repetirlo, el derecho a la objeción de conciencia no es un derecho sino cualquier derecho en su punto de prueba. Si no puedo actuar según mi conciencia entonces no puedo actuar libremente en nada, todo el elenco de derechos constitucionales quedaría anulado. La historia de las tiranías consiste en situar a la ley por encima de la conciencia, salvo cuando la conciencia propia conculca la ajena.

Ningún poder, por muy legitimado que esté por las urnas, puede obligar a un padre a llevar a su hijo a lo que considera un matadero ideológico. Es el tema del libro 'La última Escapada' del novelista Michael OBrien: la tiranía modernista es la peor de todas: no apunta contra el hombre sino contra su conciencia. Los terribles campos de concentración destruían seres humanos, vulnerar objeción de conciencia crea zombies.

Eulogio López

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