El mercado de la muerte ha pasado de pedir la despenalización del aborto a exigir que el aborto sea un derecho. Pero, además, pretende terminar con la objeción de conciencia, derecho fundamental, base de todos los derechos.

En el caso del derecho a la vida, el asunto consiste en obligar a médicos, enfermeras, auxiliares y farmacéuticos, todo el personal médico, a perpetrar abortos, quieran o no quieran. Es decir, obligarles a violentar su conciencia, obligarles a asesinar. Y esto lo hace, ojo al dato, el Consejo de Europa organismo nacido para defender las libertades que caracterizan a Occidente. Es el mundo al revés.

Y todo empezó por la despenalización en casos extremos.

Naturalmente, en España, el Partido Popular calla en este atentado, no ya contra la vida sino, ahora, contra el derecho a la objeción de conciencia, el mayor reto al que se enfrenta la civilización occidental, esa misma civilización que lleva medio siglo jugando al ser o no ser.

Eulogio López

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