El presidente norteamericano nada entre las protestas anti-Pekín y la necesidad de no molestar a su socio comercial

China es la mayoría del mundo, pero también el mercado más importante del mundo. El presidente norteamericano se ha atrevido a mencionar la libertad de expresión en China pero, a renglón seguido, ha comentado que son valores que no se imponen.

Es otra de las contradicciones del progresismo Obama, y de todo Occidente: por intereses económicos amamantan a la mayor tiranía del mundo. Además, China tiene un gran presente y un pésimo futuro, por su política del aborto obligatorio que está provocando un envejecimiento acelerado de la población. Y eso sí que es grave.