La política española sólo cuenta con dos protagonistas: Zapatero y Pedro J. Ramírez. El resto son meras comparsas. Comenzaron siendo buenos amigos, pero el antagonismo se ha acabado imponiendo por la fuerza irresistible de la lógica. Ocurre que tanto el político como el periodista tienen un mismo objetivo : convertirse en presidentes de la III República Española, sea de hecho o de derecho, ahora que el poder moderador de la Corona ya no existe, quizás porque en España se ha impuesto la convicción, generalizada, y ratificada tras la boda del heredero al Trono con doña Leticia Ortiz, de que el Rey Juan Carlos vuelve a ser primero y último. Que se formalice o no el régimen republicano es lo de menos: de hecho vivimos ya una especie de III República social, y luego no se entienda al adjetivo como definición jurídica, sino ambiental.

Ni que decir tiene que ideológicamente, ambos púgiles pertenecen al pensamiento único : Zapatero es un progre de izquierdas y Pedro J. es un progre de derechas. Y ambos tienen en contra la fe católica del pueblo español, un extrañísimo país en el que 9 millones de españoles pierden una hora el domingo, su día de asueto para ir a Misa y que, sin embargo, este curioso hecho no tiene consecuencia alguna en la vida pública. O casi ninguna. Hasta que algo estalla, y entonces resulta que todo se refería a eso.

Por eso se dan situaciones tan curiosas como la de la edición del domingo de Pedro J. Ramírez. El director dedicaba su epístola dominical a los miembros de Nuevas Generaciones, con la llegada a la Presidencia de tan insigne institución de Nacho Uriarte. Un congreso marcado, como bien nos indican desde el rotativo, por el olvido del famoso humanismo cristiano un concepto que ha muerto sin que me haya quedado clara su esencia durante toda su existencia- para ser sustituido por el liberalismo, nuevo credo de NNGG.

En cuanto oye hablar del liberalismo Pedro J. se da por aludido, y alude en su artículo la deuda de gratitud controlada con NNGG este verano cuando cientos de vosotros interrumpisteis vuestras vacaciones y con el petate del idealismo en ristre (no, el idealismo no es un polo de Tommy Hilfiger). Pedro José no se refiere al alguna marcha en defensa, por ejemplo, de la vida humana del no nacido o de los negros de los cayucos; habla de cómo los miembros de Nuevas Generaciones acudieron en defensa de la libertad de expresión, la convivencia y la tolerancia en defensa de la piscina del chalé de Pedro José. Jodó con el idealismo.

Pedro José, que es persona agradecida, les agradece su viraje desde el apolillado humanismo cristiano al liberalismo, un concepto muy novedoso y mucho más moderno. Ojo al dato : Si lo que necesitan es pinchar el globo de esa extrema derecha vociferante, atrincherada en el integrismo religioso, en la intolerancia moral . No tienen más que daros cancha a vosotros.

De todas maneras, ¿en qué quedamos? Si la extrema derecha es un invento de Zapatero, ¿para que tantos calificativos para algo que no es? ¿O es que sí es, pero resulta que existe una derecha moderna, la que proclama la libertad de comprar y vender, y una extrema derecha del integrismo religioso que proclama su intolerancia cuando, pro ejemplo, opina que abortar es asesinar?

En cualquier caso, querido Nacho Uriarte, Pedro José te marca el camino : la extrema derecha no es mas que integrismo moral. Antes, la progresía de derechas o de izquierdas- podía resumirse así: aborto libre y gratito y ya puedes dedicarte a forrarte de dinero. Ahora, por contra, los chicos de NNGG habéis cambiado el primer mandamiento de la derecha progresista: sodomizaos todos, unos con unos y unas con unas y ya podéis forraros con dinero, a ser posible dinero humanitario, sacado de las ONG, por ejemplo.

Porque Pedro José no podía sospechar que ibas a ser entrevistado en la mañana del lunes en TVE, donde dejaste claro que estás por la sodomía, y que el único problema que pone el PP a la ley Zapatero del homofornicio es que no se debe llamar matrimonio, es decir, una cuestión terminológica. Lo que quiere decir que si, por ejemplo, ZP hubiera promulgado la ley de la sodomía, vuestro acendrado liberalismo no hubiera opuesto nada a ello. Tu postura es tan clara como la de Rajoy, e incluso Zapatero te la aplaude: podemos llegar a un acuerdo siempre que no le llames gaymonio. Llámale, por ejemplo, ano-libre, o simplemente, trasero-coyunda. Así, la cuestión cambia de forma sustancial.

Todo esto es muy positivo y enmarca la progresía que Pedro José ha dictaminado para este siglo recién comenzado : Viva la toma cular y ya puedes forrarte de dinero. La humanidad progresa, y Ramírez y Uriarte progresan con ella.

Pero no todo podía salir bien, por la paradoja antes reseñada. La caverna siempre está al acceso en España. Por eso, en la misma página 23 de nuestro diario de referencia, nos encontramos con un Mariano Rajoy extasiado ante sus retoños, contemplando un bailable de lo más moderno, expresión estética de la derecha progresista. Pero, como digo, la España de la caverna acecha, y, allá al fondo, aparece el pie de una imagen sólo el pie- con esta lamentabílísima inscripción: Reinaré en España.

Es decir, Ramírez y Uriarte intentando modernizar a la derecha al grito de Abajo los curas y arriba las faldas (o abajo los pantalones, que a tolerantes nadie nos gana) y un fotógrafo malhadado nos cuela el grito favorito de la integridad moral: el grito al Sagrado Corazón de Jesús.

Y la cosa viene de lejos. Recuerden: la progresía republicana fusiló el Sagrado Corazón de Jesús del Cerro de los Ángeles. Un monumento erigido por suscripción popular e inaugurado por Alfonso XIII, que con ello consagraba España al Corazón de Jesús (no, Pedro J no dio la noticia: en 1919 aún no había nacido). Precisamente, aquella consagración le trajo muchos problemas al monarca, y no con la izquierda que se conformó con fusilar el monumento 20 años después- sino con la derecha moderna, con el Gabinete de Antonio Maura y, en especial, con la masonería, arquetipo del liberalismo de Nacho y Pedro José. El día de la consagración de España al Sagrado Corazón de Jesús en el Cerro de los Ángeles, centro geográfico del país, Alfonso XIII pronunció las siguientes palabras: Reinad en los corazones de los hombres, en el seno de sus hogares, en la inteligencia de los sabios, en las aulas de la ciencia y de las letras y en nuestras leyes e instituciones.

El padre Mateo Crawley, recaudador de fondos para el preciado monumento, fue recibido poco tiempo después en palacio por el monarca, quien le comentó lo siguiente: Aquí mismo donde hablamos de los derechos divinos de Cristo he recibido no hace mucho una delegación de la francmasonería internacional. Después de un preámbulo de etiqueta, el portavoz del grupo dijo : Permita vuestra majestad que le ofrezca un apoyo decisivo que sería salvaguardia para la Dinastía y que garantizaría a Vuestra majestad el conservar la Corona de España y el Trono. Los tiempos son de tempestad y no ignora Vuestra Majestad que las monarquías están amenazadas de muerte; sobre todo, tratándose de una monarquía católica, como la de España. Con vehemencia, les repliqué en el acto : Prefiero morir católico y fiel a mi conciencia, en el destierro y destronado, que ser un traidor y un felón, conservando la Corona.

Pero no se preocupen: todavía contamos con Pedro y Nacho, gete liberal, abierta, que huye del integrismo moral que, por la causa de la libertad, son capaces de beberse el agua de la piscina antes que aparezcan las hordas rojas, y separatitas, y catalanas. Nuevas generaciones se ha tirado a la piscina a la piscina de Pedro José. ¡Rediez, este viejo corazón no puede resistir tanto idealismo! ¡Es el pijoidealismo! De lo más liberal.

Eulogio López