Eso sí, sus enemigos, los serbios tienen ahora dos cabezas: la de Polanco y la más zapateril, formada por Zeta-Mediapro-Globomedia, un conglomerado nacido en la mismísima Moncloa. La idea de Miguel Barroso es que Vocento rompa lazos con el Partido Popular. Se terminó la política de matar a besos a Pedro J.

¿Recuerdan aquellos últimos lustros de Felipismo, cuando alguien habló del enfrentamiento informativo entre el Sindicato del Crimen, un grupo de periodistas dispuestos a derrocar a un sempiterno Felipe González, y los serbios, es decir, la radio-televisión pública y el Grupo Polanco? Pues bien, todo parece que vamos a vivir una reedición. Las hostiliades se han roto cuando el Gobierno ha consumado otro regalo, privilegio y privanza, para Jesús Polanco: Canal ya está preparado, al menos, eso dicen los hombres de Sogecable, para emitir en abierto en cualquier momento.

Para disimular el regalo, la mismísima vicepresidenta del Gobierno, Teresa Fernández de la Vega, tuvo que repetir en voz alta (viernes 24) la genial majadería de que ese día, el PSOE había acabado con la TV de partido. La verdad es que la manipulación de los informativos de RTVE están superando, que ya es decir, a los tiempos de Alfredo Urdaci, pero algo había que decir.

No sólo es también como tapadera del regalo a Prisa, el Gobierno Zapatero, regala otro canal, el cuarto, privado, que previsiblemente recaerá en manos del Grupo Zeta. Esto tiene su lógica. El secretario de Estado de Comunicación, Miguel Barroso considera que El Periódico de Cataluña es el diario más afín al Gobierno Zapatero. ¡Ah, si todos fueran como ellos! Además, su enemigo pero correligionario, Alfredo Pérez Rubalcaba, controla el otro diario catalán, La Vanguardia donde el Conde de Godó no mueve un dedo sin consultar al portavoz parlamentario de Zapatero.

Ahora bien, había que contentar a Vocento, el grupo de prensa regional que, además, posee el ABC. Pues bien, como ya informara Hispanidad (16 de junio), y el lunes 27 nos fusila otro diario digital, Zapatero ha ofrecido a Vocento Tele 5, con la promesa de que él presionará a Silvio Berlusconi para que el control de los informativos vuelva donde estaba cinco años atrás: en Vocento. De esta forma, el grupo no protestaría.

Respecto a Planeta, es decir, a A-3 TV, siempre se puede decir lo mism José Manuel Lara no es un Pedro J, Ramírez. Nunca dirigirá sus baterías contra el PSOE, entre otras cosas porque el Tripartito catalán posee una tremenda influencia sobre él. Lara no es el editor del PP; antes que eso, sigue siendo un editor catalán.

Al final, la estrategia del secretario de Estado de Comunicación, Miguel Barroso, así como la de su migo Miguel Contreras, el hombre de Globomedia y asesor de imagen electoral de Rodríguez Zapatero, es controlar toda la televisión, toda la radio menos la COPE y toda la prensa menos El Mundo. Son nuevamente los Serbios, los de las violaciones masivas -violaciones ideológicas, que conste-, la limpieza étnica y la política de tierra quemada. Por donde pasaba Atila no volvía a crecer la hierba; por donde pasan Polanco y Barroso no vuelve a crecer la independencia de criterio.

De hecho, el cuarto canal queda para el Grupo Zeta, el más sensible al Gobierno, acompañado de Mediapro, la productora catalana de Jaume Roures, el hombre que puso en pie al sector cinematográfico contra la guerra de Iraq y el mencionado Contreras. Ellos tendrán un canal y se convertirán en el Hollywood del PSOE, aunque mejor con fondos de capital riesgo, que llenan más sus bolsillos

Y queda Pedro J. Ramírez y El Mundo, claro está. Cuando llegó a La Moncloa, Zapatero repetía que a Pedro J, hay que matarle a besos, pero no podía prever que el periodista reclamara todo. Y todo, al parecer, no se le puede dar. Al final, Barroso ha decidido que es más barato tenerle como enemigo. Eso sí, Zapatero se arriesga a que le crezcan escándalos hasta en el colegio de sus niñas y en el Teatro Real, donde presta sus servicios, Sonsoles Espinosa. Pedro J. Ramírez sabe que le han vuelto a engañar, y que no le van a dar lo prometid no se lo dio Juan Villalonga, no se lo dio Aznar (que rehusó convertirle en periodista de cámara y confidente), no se lo dio César Alierta y no se lo dará ahora Rodríguez Zapatero. El periodista riojano está ligeramente cabreado.

De ahí su alianza con el director de la mañanas de la COPE, Federico Jiménez Losantos. El radiofonista tiene ahora dos largos años para hacer de su capa un sayo en la COPE. Ya ha comenzado violentado el ideario de la cadena de los obispos, y se cree en verdad imparable. Ha convertido a Pedro J. Ramírez en el predicador de la emisora y en el representante de la derecha dura, alejada de los principios morales de la propiedad (la defensa que Pedro J. Ramírez y el propio FJL están realizando del matrimonio homosexual resulta curiosa) y, al mismo tiempo, cargando las tintas contra el Gobierno, especialmente en la llamada cuestión territorial.

Eso sí, tanto FJL como Ramírez precisan de un canal de TV, y éste no llega por ningún lado. Desde que Lara puso firme a su consejero delegado, Maurizio Carlotti, empeñado en hacerse con El Mundo y crear un multimedia, el sindicato del crimen se ha quedado un poco coj le falta la tele.

La verdad es que, como ocurriera con el primer sindicato del crimen, el anti-felipista, al actual le falta músculo propagandístico. Ni El Mundo ni la COPE, ni ambos unidos, son huestes suficientes para afrontar las acometidas de los serbios de Prisa-RTVE. Zeta y con la neutralidad añadida de Vocento. Por eso, Ramírez se prepara para volver a lo que mejor sabe hacer: el escándalo.

Esta batalla entre el nuevo sindicato y los serbios es política, pero también económica Ni que decir tiene que Rajoy esta feliz con el viraje de El Mundo y la agresividad de la COPE. No es que D. Mariano sea cristiano, naturalmente, pero sabe que el nuevo Sindicato tiene la obligación de trabajar directamente para él, para el Partido Popular. Y le viene muy bien, pues justo en este momento, se habla en los mentideros madrileños del intento del alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón de crear un nuevo partido, al que trataría de sumar al ministro de Defensa, José Bono, una especie de centro progresista. Una verdadera tontería, naturalmente, porque José Bono sabe que los segregaciones se crean desde el poder, no desde la oposición, y que si pude ser Presidente de Gobierno con el PSOE, ¿por qué habría de arriesgarse a intentarlo desde la oposición? Fuera hace frío, incluso en este seco verano.