Lío, otra vez con Kyoto, en el mundo eléctrico español. Para ser exactos, lío entre Iberdrola y el resto del sector. Para ser exactos, bronca con la forma de contabilizar las emisiones de CO2, ante la nueva regulación que prepara el Ministerio. La empresa que preside Ignacio S. Galán pretende que se internalice el coste de los derechos de emisión. Los demás, se niegan. Ojo, porque el coste del CO2 en 2005 supuso un sobreprecio de 2.500 millones de euros (con cargo alas generadoras).

La razón es la de siempre. Iberdrola tiene menos agua y más carbón, por lo que sería la menos perjudicada de todas. No es fácil que el Gobierno atienda las demandas de Galán, dado que eso tendrá un efecto inflacionario sobre el coste de la energía. No olvidemos que en el pool es la generación más cara la que marca precio.