Las infraestructuras estratégicas -energéticas o de cualquier otro tipo- tienen un problema: que son estratégicas.

Hoy hemos sabido que Gas Natural ha vendido un 5% de ENAGAS al Gobierno de Omán (Oman Oil Holding Spain) un país del Mar Arábigo, al que esto del petróleo y el gas interesa notablemente. No deja de ser el mismo inversor de CLH, la red de distribución de hidrocarburos.  

Por decirlo de otra forma: que las tres infraestructuras energéticas clave, la del gas (ENAGAS), la de luz (REE) y la petrolera (CLH) anden en manos privadas es la misma historia de Endesa: El Gobierno español privatiza, y luego los propietario privados se las venden con la consiguiente plusvalía a inversores extranjeros... por lo general claro. Lo mismo ocurre con el segundo gasoducto del Magreb controlado por la pinza franco argelina: Total y Sonatrach. A cambio, la francesa Total trata de hacerse con Repsol por la puerta de atrás mientras a GN no le dejan vender gas en Francia y no se quita al grupo público francés de su costado accionarial. Asimismo, el Gobierno argelino responde a la apertura de puerta española subiendo el precio del gas de forma unilateral -porque me da la real gana- y expulsa a Repsol y GN de sus plantas.

Ya comprendo que España es un país en disgregación pero, ¿no podríamos hacer algo por disimularlo?

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com