Sr. Director:

Yo creo que nos equivocamos los cristianos. La culpa no es toda de los que nos ofenden, la culpa es nuestra. Hemos hecho un cristianismo cómodo, sin lucha ni compromiso y, me temo, que incluso no nos quieren ofender: nos quieren testar.

Si nos metemos poco a poco y no responden, podemos seguir. Los problemas éticos y morales complejos nos se pueden tratar con inocencia. Los católicos no creo que despertemos si los primeros que lo dicen no son nuestros Pastores. La actitud de no respuesta ante lo más sagrado, o sólo de protestas formales. Yo he tenido la suerte, y nunca dejaré de dar gracias a Dios por ello, gracias a que hace una generación muchos dieron la vida por mí, por la cultura que tengo y de la que tantos han apostatado, suicidándose así ellos y sus hijos.

Si no hubiera habido valientes, coherentes con su fe, yo no habría tenido la inmensa oportunidad, que no quiero malgastar, de conocer a Dios, habiendo nacido, como otros millones, en un país comunista, sin sentido, con corrupción y con pobreza .Lo demás son milongas y mentiras para justificar lo injustificable. Al paso que vamos me quiero cambiar de país y ahora me explico mejor por qué no fue posible la paz. No nos preocupemos ahora sí lo será: no hay suficientes cristianos con coraje y coherencia.

Eduardo Pérez

eduardoperezhernandez@cdlmadrid.org